El presidente de Boeing, Dave Calhoun, reconoció el martes ante una comisión investigadora del Senado estadounidense la “gravedad” de la situación en la que se ve envuelto el gigante de la aviación tras deficiencias de seguridad de sus aviones.
“Me disculpo por el dolor que hemos causado, y quiero que sepan que estamos totalmente movilizados, en su memoria, para trabajar y centrarnos en la seguridad durante el tiempo” que sea necesario, dijo Calhoun a familiares de las víctimas de los accidentes aéreos de dos Boeing, ocurridos en 2018 y 2019, que sostenían pancartas y fotos de sus seres queridos.
“Nuestra cultura está lejos de ser perfecta, pero estamos tomando medidas y progresando”, sostuvo Calhoun. “Comprendemos la gravedad (de la situación) y nos comprometemos a avanzar con toda transparencia y responsabilidad”, añadió.
Se trata de la primera vez que Calhoun es interrogado públicamente desde el incidente del 5 de enero, cuando un 737 MAX 9, entregado en octubre a Alaska Airlines, perdió una puerta en pleno vuelo.
Según un informe preliminar de la Agencia estadounidense de Seguridad del Transporte (NTSB), varios pernos de sujeción no habían sido sustituidos tras trabajos realizados en la cadena de montaje.
El fabricante aeronáutico estadounidense acumula desde hace meses problemas de producción y calidad en sus aviones comerciales (737 MAX, 787 Dreamliner y 777). MAAZ