¿Por qué se regalan flores amarillas el 21 de marzo?
Este fenómeno, amplificado por la popularidad de la serie argentina "Floricienta" y su icónica canción, ha cruzado fronteras

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El 21 de marzo se ha convertido en una fecha emblemática para el intercambio de flores amarillas, un gesto que, gracias a la influencia de la cultura pop y las tradiciones globales, simboliza amor, prosperidad y un nuevo comienzo. Este fenómeno, amplificado por la popularidad de la serie argentina “Floricienta” y su icónica canción, ha cruzado fronteras, conectando corazones y culturas a través de un acto tan simple como poderoso: obsequiar flores amarillas.
La serie “Floricienta”, con su entrañable historia de amor, destacó la importancia de las flores amarillas como el máximo símbolo de amor y esperanza. La canción de la serie resuena con la estrofa “Él la estaba esperando con una flor amarilla. Ella lo estaba soñando con la luz en su pupila”, capturando el anhelo universal de un amor puro y verdadero. Esta tradición no solo se limita al 21 de marzo, sino que también encuentra su lugar el 21 de septiembre, marcando dos momentos clave del año donde el gesto de regalar flores amarillas adquiere un significado especial.
La elección del color amarillo va más allá de la narrativa de la serie. En la cultura china, el amarillo es un color que tradicionalmente simboliza la realeza, la prosperidad y la buena suerte. Regalar flores amarillas, por lo tanto, se convierte en un deseo de fortuna y bendiciones para la persona que las recibe. Este gesto ha trascendido culturas, adoptando un significado universal de esperanza, renovación y optimismo.
El Día de las Flores Amarillas no solo celebra el amor romántico, sino que también coincide con el inicio de la primavera en el hemisferio norte, simbolizando el renacimiento de la naturaleza y el comienzo de un nuevo ciclo de vida. Este día se ha establecido como una oportunidad para compartir un mensaje de alegría y positividad, reforzando la idea de que un simple acto de bondad puede tener un impacto significativo.
En resumen, el 21 de marzo se ha convertido en una fecha donde el amor, la esperanza y la buena suerte se entrelazan a través de la tradición de regalar flores amarillas. Esta práctica, enraizada en la cultura pop y enriquecida por tradiciones ancestrales, subraya la capacidad de los gestos simples para conectar y enriquecer nuestras vidas.