¿Por qué nos inundamos en el Valle de México?; las seis razones detrás
El 15 de mayo de este año inició la temporada de lluvias y muchos habitantes de esta región saben que eso significa enfrentarse a inundaciones. Pero, ¿qué las causa?; estos son los factores principales
Virginia Ramírez siempre mantiene a la mano una pelota de esponja, su arma secreta. Muchas personas la utilizan para calmar el estrés, pero a ella le sirve como un tapón para la coladera de su patio trasero, que se inunda con aguas negras durante las lluvias fuertes.
Desde hace 39 años, Virginia vive en el municipio de Ecatepec, Estado de México, y hace 24 se volvió “experta en inundaciones”, ya que éstas le han arrebatado de todo: muebles, electrodomésticos y hasta documentos legales.
En su diagnóstico, Virginia Ramírez considera que el problema de su colonia, CTM 14, es el tamaño de las coladeras, pero la realidad es que las inundaciones en el Valle de México son resultado de una multiplicidad de factores.
1. Cuenca sin salidas
Ecatepec es uno de los 59 municipios del Estado de México que conforman el Valle de México, junto a casi toda la Ciudad de México (CDMX), así como el sur y sureste de Hidalgo y Tlaxcala.
La característica principal de esta zona es su naturaleza de cuenca endorreica, que no tiene salidas naturales para el agua, algo similar a un patio sin coladera. Esta condición natural ha sido un factor crucial en la proliferación de inundaciones.
En el virreinato (1535-1821), la cuenca del Valle de México fue abierta de forma artificial por medio de un desagüe. Pero ahora, las mismas salidas artificiales se han vuelto un riesgo.
“Toda el agua que cae y que se acumula en el territorio sólo tiene salidas artificiales, pero éstas no fueron planeadas para las grandes lluvias. Cuando hay precipitaciones torrenciales se saturan los sistemas de desagüe y provocan que no sea posible evacuar toda esa agua”, explica Santiago Echarri, arquitecto egresado de la UNAM y maestro en urbanismo por la Universidad Politécnica de Cataluña.
2. Drenaje insuficiente
Omar Hernández vende flores en Valle Dorado, Tlalnepantla, y en los últimos 18 años ha sido testigo de las inundaciones que afectan esta zona del Estado de México. La más severa ocurrió en 2009, cuando las lluvias rompieron un tramo del Túnel Emisor Poniente, una infraestructura que en su momento fue considerada una de las grandes obras de gobierno que tenía como propósito evitar inundaciones.
“Supuestamente ya arreglaron el canal, más adelante hay un cárcamo de bombeo y también lo han arreglado, pero cada año nos tocan de menos dos o tres inundaciones”, cuenta Omar.
Como Omar, miles de habitantes de esta zona son conscientes de que su drenaje tiene problemas, pero los expertos pueden clasificarlos en dos: el primero, las obras que se hacen para contener las lluvias se vuelven obsoletas e insuficientes conforme crece la mancha urbana. El segundo, el drenaje de la Ciudad de México y del Estado de México no operan de manera similar ni se construyeron bajo reglas comunes, lo que deriva en una estrategia fragmentada.
3. Hundimiento frente a excesos
La Calzada Ignacio Zaragoza es una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México, pero transitar por esta vía se siente como viajar en una montaña rusa. Este tramo es un claro ejemplo del hundimiento del suelo que ocurre de manera permanente en el Valle de México.
De acuerdo con el Centro de Geociencias de la UNAM, cada año el suelo de esta región se hunde de 20 a 40 centímetros, lo que provoca inundaciones y encharcamientos, y daños a las tuberías.
El hundimiento del suelo en el Valle de México se debe a dos circunstancias relacionadas entre sí: los suelos de arcilla y la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Así lo establece un estudio publicado recientemente en la revista científica Advancing Earth and Space Sciences.
Los suelos de arcilla tienen gran capacidad de retención de agua. Sin embargo, esta característica se ha estado perdiendo gracias a la extracción excesiva del agua de pozos.
Ahora, cada que llega la temporada de lluvias en el Valle de México, el agua ya no se absorbe como antes, sino que se expulsa, porque el suelo se ha vuelto seco, y las capas de arcilla se agrietan a un ritmo ca-
da vez más acelerado.
4. ¿Qué hay de la basura?
Ángel Pérez y Juan Manuel García son dos vecinos de Rinconada de Aragón, en Ecatepec, Estado de México. Ambos han visto “nadar” su patrimonio en cuatro ocasiones este 2024.
Ángel advierte que la colonia no es un lugar particularmente sucio y no entiende porqué las autoridades siempre reducen el problema a los desechos. “El viento trae mucha basura, y aunque la calle tratamos de mantenerla limpia, cuando las coladeras se tapan sale la basura de allí”, comenta.
Al respecto, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó el pasado 16 de julio que en lo que va de este año se han extraído más de 20 mil toneladas de basura de canales, ríos y coladeras del Valle de México. No obstante, los especialistas consideran que la basura no es el principal problema.
“Obviamente si tú avientas plástico a una red de drenaje, ésta se va a tapar, pero el problema en el Estado de México es la urbanización fragmentada”, explica Armando Rosales.
5. Ríos a la avenida
En la CDMX hay 12 ríos, de los cuales cinco están entubados, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), porque en su momento se desbordaron, causando severas inundaciones, sobre todo en el oriente.
En el Estado de México existen 16 ríos y ninguno de ellos está entubado en su totalidad, lo que representa un mayor riesgo de inundación en los municipios mexiquenses.
El Atlas de Inundaciones de la Secretaría del Agua del Estado de México informó que tan sólo en la temporada de lluvias de 2023 se reportaron ocho desbordamientos de caudales en distintos puntos.
6. Lluvias y cambio climático
A estos factores se añade otro más: el cambio climático, que seguirá modificando los regímenes de lluvias en la zona del Valle de México.
El Inegi informó que la precipitación a-
nual promedio es de 849.3 milímetros en el Estado de México y de 553.1 milímetros en la CDMX. Pero eso cambia año con año.
El especialista Santiago Echarri detalla que ahora viviremos periodos de precipitaciones más cortos, pero con mayor cantidad de agua, lo cual es un problema para los sistemas de drenaje.
En este escenario, especialistas proponen la construcción de parques en cotas deprimidas (ubicados más abajo del suelo natural), así como esfuerzos enfocados en una planeación a largo plazo, a fin de construir un futuro con resiliencia hacia los desastres.