Por qué nos interesan las imágenes de desastres

5 de Octubre de 2024

Por qué nos interesan las imágenes de desastres

Tormenta Eunice Feb 2022

La tormenta Eunice en febrero de 2022 fue uno de los eventos climáticos catastróficos que sucedieron en el Reino Unido en ese año.

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Lloyd Russell / Universidad de Plymouth

La tormenta Eunice en febrero de 2022 fue uno de los eventos climáticos catastróficos que sucedieron en el Reino Unido en ese año.
Lloyd Russell / Universidad de Plymouth

La necesidad de información útil, la solidaridad y la curiosidad científica forman parte de la explicación, según un estudio

Podría parecer simple fascinación morbosa o sólamente una atracción a fenómenos llamativos, pero las razones por las que nos podemos pasar horas viendo imágenes y testimonios de los fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes y tormentas, son más profundas y complejas.

Un análisis detallado de los comentarios de los espectadores en distintas redes sociales encontró que las personas en el área de desastre discutían temas como los avisos oficiales que habían recibido de los gobiernos sobre riesgos y sobre si debían evacuar o no.

Otras personas participaron en las conversaciones porque tenían una conexión previa con la región afectada y compartieron, por ejemplo, mensajes de esperanza como una forma de mostrar apoyo a los lugares y personas afectadas por el evento. La necesidad de saber más sobre la ciencia de estos fenómenos también fue un factor importante.

La investigación, publicada en la revista Environmental Hazards, se centró en nueve transmisiones en vivo de los huracanes Irma en 2017, Ian en 2022, y las tormentas Dudley, Eunice y Franklin en 2022, que sumaron un total de 65 horas de video que vieron más de 1.8 millones de personas.

Durante ese tiempo, más de 14 mil 300 comentarios fueron dejados por cinco mil cuentas únicas. “Las transmisiones en vivo brindan la oportunidad para que las personas dentro, cerca y lejos del evento interactúen en tiempo real”, dijo en un comunicado Simon Dickinson, investigador de la Universidad de Plymouth y autor del estudio.

En estas conversaciones no moderadas las personas y generan debates sobre los peligros, cómo funcionan y cómo nos afectarán cada vez más en el futuro, agrega Dickinson, y muestran que la gente está interesada en aprender más sobre la ciencia detrás de lo que está sucediendo.

“No son solo espacios de voyerismo catastrófico. Más bien, son espacios de aprendizaje, comunidad y apoyo emocional en un mundo que puede parecer cada vez más volátil”, Simon Dickinson, investigador de la Universidad de Plymouth.

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ML