Piden abrir elección de nueva dirigencia del PAN 

8 de Septiembre de 2024

Piden abrir elección de nueva dirigencia del PAN

dirigencia del PAN 

El partido se encamina a la sucesión interna luego de obtener el peor resultado electoral de los últimos 30 años; Jorge Romero, posible candidato de unidad, aunque hay otras dos manos levantadas

El pasado 2 de junio, el Partido Acción Nacional (PAN) obtuvo la votación más baja en una elección presidencial desde 1994 y, ahora, con el estigma de esa estrepitosa derrota, se prepara para renovar su dirigencia nacional el próximo mes de octubre.

Dos de los aspirantes a suceder a Marko Cortés coinciden en que el proceso de selección del próximo presidente del CEN será complicado, porque hay una militancia dolida, una falta de autocrítica de la cúpula y una contienda interna sin piso parejo.

Adriana Dávila y Damián Zepeda dijeron, en entrevistas por separado con
ejecentral, que están preparados para competir por la presidencia nacional del blanquiazul. Ambos señalaron que el partido debe reinventarse y terminar con las alianzas electorales con el PRI, o estará condenado a muerte.

El cambio en la dirigencia se dará luego de que el PAN obtuvo 9.6 millones de votos en la elección presidencial reciente, es decir, 16.04% de la votación, el peor porcentaje que este partido ha logrado en los últimos 30 años. En 2018 tuvo 17.65% de los sufragios; 25.40% en 2012; 35.89% en 2006; 42.52% en 2000, en coalición con el PVEM, y 25.92% en 1994.

La exsenadora y exdiputada federal por Tlaxcala, Adriana Dávila, buscará por segunda ocasión la dirigencia del PAN, pero advierte que no hay piso parejo en la contienda, por lo que exige al presidente de su partido, Marko Cortés, igualdad de condiciones para los competidores.

Entre la cúpula del blanquiazul se afirma que el actual coordinador de los diputados, Jorge Romero, tiene el apoyo de Marko Cortés y de otros liderazgos panistas para suceder al michoacano, e incluso se ha deslizado la posibilidad de que encabece una candidatura de unidad.

Al respecto, Adriana Dávila destaca que la sucesión en el CEN de Acción Nacional no debe definirse ni por imposiciones ni por amiguismos.

“Estoy consciente de que no será una tarea fácil, pero no se puede lograr el objetivo de renovarnos si lo queremos hacer a través de quienes ya tuvieron como costumbre que éste sea el mecanismo (la imposición)”, declara.

Se le pregunta si se refiere a Marko Cortés. “Sí, me refiero a los grupos que han estado ahí y que no han entendido que la dirección del PAN no puede ser una entrega de bastón de mando (como lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador con Claudia Sheinbaum). Hay 40 millones de mexicanos que no votaron por la 4T, y a esos 40 millones tenemos que pedirles que nos ayuden. Hay que decirles que somos una opción, que tenemos valores que estamos reconstruyendo”, enfatiza.

Dávila opina que en primera instancia se debe hacer una autocrítica por los pésimos resultados electorales, pues desde su perspectiva, el PAN enfrentó los comicios más grandes del país sin liderazgo y sin dirección, y se repartieron candidaturas a “los cuates”.

“Hubo una distribución de las candidaturas como cuotas, y no sólo como cuotas para los cuates, sino también como cuotas para los grupos. Y entonces, pues lo que tenemos es prácticamente brazos caídos de los militantes en muchas partes del país. Si no regresamos a los estados, a los municipios, a la calle, con la militancia, estamos en un grave riesgo de que esto ya no pueda recomponerse; sin embargo, también confío en que los cimientos que tenemos como partido están ahí, sólidos”, dice.

Dávila Fernández considera que en este proceso de renovación de la dirigencia se requiere la participación de la ciudadanía, aunque sea de forma acotada, pues los estatutos del partido dicen que sólo la militancia puede votar por su presidente nacional.

“Sí creo que debe haber un mecanismo que parta del acuerdo de que la voz de los ciudadanos se escuche. No debemos negarnos por ningún motivo a reencontrarnos con una militancia que es prácticamente ignorada”, opina.

Entonces, ¿qué papel debería jugar Xóchitl Gálvez?, se le cuestiona. Dávila Fernández responde: “Xóchitl Gálvez ha sido muy clara al decir que ella no milita en ningún partido, entonces, yo sinceramente creo que nosotros tenemos que seguir nuestro camino, reconstruyendo al partido, reencontrarnos (…) La candidata hizo su trabajo y los que tendrían que estar rindiendo cuentas tendrían que ser sus coordinadores, vicecoordinadores y demás operadores”.

Para la aspirante, los exgobernadores de este partido deben ser una pieza clave en la reconstrucción del PAN; además, considera que el blanquiazul debe cancelar las coaliciones electorales con el PRI, aunque la alianza debe permanecer en el Poder Legislativo, porque el electorado votó por ello el pasado 2 de junio.

Se busca un líder de la oposición

El senador Damián Zepeda Vidales también levantó la mano para competir por la dirigencia nacional de su partido, una posición que ocupó de diciembre de 2017 a agosto de 2018, como interino dentro del periodo de Ricardo Anaya, quien fue el candidato presidencial del PAN.

Zepeda Vidales es uno de los más fervientes críticos del rumbo que ha tomado el PAN. Fue de los primeros en rechazar la alianza entre el PAN y el PRI, en hablar de “la soberbia de Marko Cortés” al no hacer una autocrítica de las elecciones y en decir que si el partido no se reinventa, “se muere”.

El legislador propone que la ciudadanía vote por el nuevo líder del instituto político, no sólo la militancia, lo que está prohibido estatutariamente.

Resalta que su propuesta se puede hacer si hay voluntad política, al recordar que el PAN tampoco podía tener una candidata presidencial que no fuera militante y se cambiaron las reglas para que Xóchitl Gálvez fuera la abanderada.

“Todo aquel que se interese en participar para elegir a uno de los liderazgos de la oposición, que participe. Es que el PAN se la lleva diciendo a los ciudadanos ‘ya te vamos a abrir, ya te vamos a abrir, pero no le dice cuándo’. Marko ya se va y se va a juzgar su dirigencia. Yo no voy a entrar en dimes y diretes con él, porque yo quiero debatir ideas, futuro e instituciones”, afirma.

Así, Zepeda Vidales está convencido de que el próximo dirigente del PAN no debe ser sólo el líder de un partido, sino de la oposición en general, una oposición que desde ahora debe tener una estrategia para quitarle la mayoría calificada a la Cuarta Transformación en la Cámara de Diputados en los comicios de 2027.

“Insisto en que tenemos que despertar, abrirnos completamente a la sociedad. Si el PAN quiere seguir tomando decisiones sólo hacia adentro y después representar a miles de ciudadanos, estamos viviendo en el engaño. ¡Ese modelo ya se agotó!”, exclama.

Para el senador panista, la excandidata presidencial de la alianza PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez, también debería competir por la presidencia del blanquiazul, al igual que exgobernadores, legisladores y exfuncionarios de gobiernos surgidos del partido.

NM