A un año de que iniciara la implementación de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), ésta ha sido recibida “tanto con entusiasmo como con escepticismo” por parte de las comunidades relacionadas con la educación básica en México; también sigue habiendo una “incertidumbre generalizada” al respecto, de acuerdo con una investigación realizada por un equipo de las universidades de Exeter, Reino Unido, e Hiroshima, Japón.
La investigación, en la que también participó Lilia Sulema Bórquez Morales, de la Universidad Autónoma del Estado de México, se basó en las entrevistas que se hicieron con 168 estudiantes, docentes, padres de familia, directores, formadores de docentes y supervisores en 12 escuelas primarias (urbanas, semi-rurales y rurales) en los estados de Nuevo León, Hidalgo y Chiapas.
Hallazgos clave
En el estudio, que aún no se ha publicado en una revista revisada por pares y que se dio a conocer por medio de un comunicado de la Universidad de Exeter, el equipo destaca algunos “hallazgos clave” de su investigación, como por ejemplo:
- Parece haberse puesto más énfasis en el “qué” (el contenido de la reforma en sí) y mucho menos en el “cómo” (cómo implementar la reforma).
- Se valora el aprendizaje activo e interactivo a través de proyectos, pero hay preocupación por la falta de conocimiento “básico” de muchos estudiantes.
- Se expresa satisfacción con la noción de “enfocarse en lo local”, la contextualización y la autonomía docente. Sin embargo, para algunos docentes no siempre estaba claro cómo gestionar tal autonomía y solicitan una guía más explícita.
Además, de manera general, señalan que “(h)ay una incertidumbre generalizada sobre la reforma de la NEM. Aunque los docentes, directores y formadores de docentes se van acostumbrando a los cambios con el tiempo, hay quejas sobre la información inconsistente proporcionada por las autoridades, así como una falta general de apoyo explícito”.
Recomendaciones de política
El equipo autoral, formado por Nozomi Sakata, Nicholas Bremner y la mencionada Bórquez, da tres recomendaciones de política pública, empezando por “(b)rindar una formación y un apoyo más concretos (especialmente en términos de ayudar a los docentes a gestionar una mayor autonomía), con una estrategia de comunicación más coherente y clara”.
También proponen “(a)bordar las preocupaciones de las partes interesadas sobre las lagunas en el conocimiento básico” y (f)ortalecer la comunicación con los padres y el público en general para dejar claro qué hace y qué no hace la NEM.
“Hay un cambio de paradigma, hay un cambio en la forma de abordar la educación, pero no ha habido una verdadera sistematización de la formación docente”.
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ML