*ENTREVISTA CON JOSÉ ÁNGEL CÓRDOVA VILLALOBOS, EXSECRETARIO DE SALUD
José Ángel Córdoba Villalobos, secretario de Salud durante el gobierno del presidente Felipe Calderón, celebró la nominación de David Kershenobich como titular de Salud en el gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, pero alertó que se deben destinar mayores recursos presupuestales para encarar los enormes retos del futuro.
Responsable de encarar la pandemia del virus AH1N1, que atacó al mundo en 2009, Córdova Villalobos calificó a Kershenobich como “uno de los científicos más distinguidos en el área de la medicina en México”, quien deberá encarar desafíos como ampliar la cobertura médica, reforzar los programas de prevención, garantizar la disposición de medicamentos y atender la pandemia de enfermedades mentales
—¿Qué le parece la nominación del doctor Kershenobich?
—Yo creo que fue un acierto. Él es uno de los científicos más distinguidos en el área de la medicina en México. Yo tengo una especial aprecio con él porque yo me formé en el Instituto Nacional de la Nutrición, que es de donde él egresó, y ha sido un personaje que realmente se ha dedicado a trabajar, a hacer ciencia, a hacer estudios de investigación, a ayudar a los demás. Incluso ha emprendido acciones muy altruistas, como fue el hecho de haber conseguido el tratamiento para el virus de la hepatitis, que era un tratamiento le costaba más de 2 millones de pesos y él logró que se ofreciera en 180 mil pesos. Y así se pudo beneficiar a mucha gente. Entonces yo creo que es una fortuna que el doctor vaya a ser el secretario de Salud y que estaremos todos los médicos dispuestos a apoyarlo para que las cosas salgan bien.
—Sin embargo, la situación para Kershenobich será cuesta arriba…
—Así es. Ojalá se entienda de parte de Hacienda que la salud no se hace con buenos deseos. Se necesitan recursos, se necesita poder ampliar los espacios de atención. No podemos con 2.9 puntos del PIB que aporta el gobierno para la salud estar pretendiendo ser uno de los mejores países del mundo en salud. Ojalá haya recursos suficientes para que se refuercen los programas de prevención, porque si no se refuerza la prevención, el costo de la atención es mucho más alto y no hay dinero que alcance.
—Además de la prevención, ¿qué otros desafíos apremiantes encarará el próximo gobierno en materia de salud?
—El primero es la justicia social, es lograr la cobertura universal, porque actualmente hay mucha gente que no tiene verdaderamente derecho al acceso a los servicios de salud. A lo mejor podrá tener la opción de ir a un centro de salud o a una clínica comunitaria, pero no hay un derecho pleno. Si esa persona necesita una cirugía o necesita ver a un especialista, pues pasarán meses para que pueda ser atendida. Lo primero que hay que lograr es que todo ciudadano pueda ser atendido y que la atención sea expedita, no con citas a tres, cuatro, seis meses, un año. Todos debemos de tener el mismo derecho.
“La otra prioridad, insisto, es reforzar los programas de prevención. Hay que hacer una difusión de los aspectos importantes en salud, como cuidarse para los pacientes que son diabéticos o para los que son hipertensos o para los que son obesos o para los que las personas que son alcohólicas. Se tiene que trabajar muchísimo en educación para la salud, para que las personas cuiden su salud y después se necesitan espacios para poder atenderlos, porque ahorita no es suficiente lo que lo que se tiene, sobre todo, en las zonas rurales”.
—La prevención debe ir acompañada de la atención en el primer nivel, ¿cierto?
—Se debe de fortalecer la atención primaria, para ahí contener las enfermedades crónicas, ahí prevenirlas y ahí evitar que haya una sobredemanda en los hospitales y que los hospitales de segundo nivel puedan ir resolviendo con recursos, con personal, todas las necesidades que hay en relación a atención médica y quirúrgica también. Por supuesto, se necesita una mejor prevención y una mejor estrategia para poder contar con la mayoría de los medicamentos que se requieren y que no haya desabasto, porque esto es algo que hemos estado viendo y en todas las personas que tienen enfermedades crónicas, pues les dan para un mes, pero los otros tres o cuatro o cinco meses no tienen tratamiento y muchos de ellos pues pueden hasta morir.
—¿Cuáles son los retos en materia de vacunación?
—Se necesita trabajar en materia de prevención con lo que es el “estándar de oro”, que es la vacunación. Hay que volver a vacunar con los 15 biológicos que anteriormente se usaban, porque esa es la mejor manera de ahorrar dinero. La gente no se enferma porque ya está vacunada y entonces la gente está mejor y se gasta mucho menos. Todas estas cosas hay que planificarlas muy bien, planificar que las medicamentos lleguen hasta donde deben de estar, planificar que la gente tenga ese acceso fácil para poder ver a su médico familiar o también al especialista, que si requiere una intervención quirúrgica de emergencia se la puedan hacer o derivar a través de intercambios que pueda haber entre el sector público y el privado. Nosotros lo hicimos en algún momento y esto facilitaba la atención y en muchas ocasiones era más barato que se operaran en el sector privado que en el sector público a través de un contrato de prestación de servicios.
—¿Le parece que el IMSS-Bienestar es una buena estrategia para ampliar la cobertura, luego de la mala experiencia con el Insabi?
—Bueno, el Insabi era pagar los servicios, el IMSS-Bienestar es dar los servicios, porque han tomado el control por acuerdo con los gobernadores de todas las unidades médicas de primero y segundo nivel en los estados. Entonces, si se aprovecha ese recurso, si se administra bien y no se regresan fondos que no se han utilizado a la Federación, de donde ya nadie después sabe lo que pasa, pues debemos tener la suficiencia para poder atender ya como IMSS-Bienestar en las unidades de la Secretaría de Salud Estatales a la mayoría de las personas y también en los centros de salud.
—Después de la pandemia de Covid-19, una de las carteras más complejas en México es la de salud. No es fácil ponerse en los zapatos del doctor Kershenobich…
—La pandemia fue realmente una experiencia no muy agradable con saldos negativos y con aspectos que tenemos que revalorar, que nos deben de enseñar, a que no se debe de menospreciar las medidas de prevención como el cubrebocas, como el aislamiento social, etcétera, y que además no va a ser la última pandemia. Entonces debemos de reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica y la relación con los otros países del mundo, con lo que se facilita la tarea de encontrar las amenazas que puede que pueden haber y entonces se empieza uno a preparar en esta pandemia.
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“Por ejemplo, para el virus H5N1, que me tocó cuando yo era secretario de Salud, teníamos reuniones con la Secretaría de Salud de Estados Unidos y de Canadá para hacer simulacros de cómo íbamos a recibir a estas personas que pudieran tener H5N1, que producía una mortalidad de 60 por ciento. Entonces, no debemos de despreciar nada de eso y aprovechar las experiencias que existen, de lo que ya está escrito, de lo que los expertos conocen para estar preparados. En México hay muchísimos epidemiólogos de muy buena calidad, así es que es cuestión de trabajar en equipo y otra vez tener buenos recursos.
—¿Qué podemos aprender el informe que se publicó hace algunas semanas por parte de la Comisión Independiente sobre Covid-19, en el que señala que alrededor de 300 mil vidas pudieron haberse salvado con buenas decisiones?
—La gente que lo escribió es gente de súper primer nivel mundial. Yo creo que el análisis es serio, justo y nos debe servir como experiencia, no para satanizar a nadie, pero sí para hacer caso a muchas opiniones que en ocasiones o por soberbia no queremos hacer caso y después las consecuencias en salud son tan graves que la muerte ya no tiene regreso. Entonces ojalá reflexionemos y eso lo tomemos como una aportación para lo que tenemos que prever, porque insisto, esta pandemia del Covid-19 no fue la última, va a haber muchas más.
—El tema de la salud mental es un desafío que se ha venido soslayado, pero tarde o temprano vamos a tener que enfrentarlo, ¿no le parece?
—Es cierto, las enfermedades mentales han sido discriminadas, diría yo, porque a los enfermos mentales muchas veces no se les tiene el aprecio, el cuidado y menos se les dedica los recursos que se requieren. Ojalá y sí se ponga una atención específica en eso para poder contar con los medicamentos, contar con el personal. De hecho no hay suficientes psiquiatras en México y dentro de ello yo quisiera incluso llamar la atención y prender la alarma: el Alzheimer se está extendiendo ya en todo el mundo y México es uno de los países que tiene más riesgo de llegar a tener pacientes o personas con Alzheimer porque se facilita mucho en aquellas personas que son diabéticas y el Alzheimer va a ser un problema grave si no nos vamos preparando en investigación, preparando para ir buscando de qué manera se puede eso controlar, preparando para tener personal que pueda atender a esas personas. Los problemas mentales van en incremento, eso las estadísticas lo demuestran y hay que dedicar un recurso especial para ello.
—Sobre la megafarmacia, doctor, ¿piensa que se le debería dar seguimiento en el próximo sexenio?
—La verdad es que yo siempre he pensado que no es tan importante ni tan necesaria. Lo que se necesita es retomar la organización que siempre han tenido las instituciones, sobre todo el Seguro Social, para poder garantizar el envío de los medicamentos hasta el último rincón del país. Yo creo que es una cuestión de organización, pero no necesariamente centralizado en una megafarmacia; el Seguro Social tiene bodegas en diferentes partes de la República. Cuando esto se hace bien, se hace inventariado, se puede tener una capacidad de respuesta muy rápida y, por otro lado, también se necesita tener conocimiento para poder calcular las unidades y los medicamentos que se requieren.
“Hay pocos laboratorios que producen los medicamentos más demandados a nivel mundial, particularmente las vacunas. Las vacunas, por ejemplo, contra la tuberculosis, sólo hay un laboratorio en el mundo y bueno, no es cosa de decir ‘vayan y compren, aquí está el dinero’. Tardan un año o dos años en poderla surtir. Ahí es muy importante la capacidad de las instituciones para hacer un calendario, hacer las compras consolidadas, buscar en los medicamentos en donde realmente son los más baratos, pero de buena calidad, porque no podemos estar dando medicamentos de mala calidad porque sean baratos y hacer una previsión de las compras.
—¿Cree que la edad del doctor Kershenobich (81 años) sea un punto en contra, dados los desafíos que hay en el sector salud?
—No. Mire, yo conozco muy bien a David desde hace 40 años, es una gente muy lúcida, es una gente muy bien preparada, es una gente que yo lo veo en excelente estado de salud, yo creo que no hay que menospreciarlo por su edad. Yo creo que él además es una gente íntegra, honesta y que de momento que crea que ya no puede o no debe, pues él mismo lo va a decir, pero yo ahorita lo veo entero, lo vi hace poco y está muy bien. Insisto, es uno de los mejores médicos científicos que existen en México.
NM