Led Zeppelin, Deep Purple, Yes, Black Sabbath y Jimmy Hendrix. A eso dijeron las reseñas que sonaba el primer disco de Queen, el cual lleva el mismo nombre. Los riffs y los arreglos vocales de las 10 canciones del álbum evocaban, dijeron los expertos, a estas bandas.
Así fue como se recibió el debut discográfico de Freddie Mercury, Roger Taylor, John Deacon y Brian May, el cual se estrenó el 13 de julio de 1973.
De la decena de tracks del álbum ninguno se consolidó como un hit en la radio, el único medio por el que, en esos años, se difundía la música. De hecho, de las 10 canciones ninguna se incluyó en Greatest Hits, disco triple con 17 tracks cada uno; es decir, no se consideró una sola en un total de 51 canciones para el recopilatorio de lo mejor del grupo.
El impacto del disco debut en la banda tampoco fue el mejor. Apenas el año pasado Brian May declaró en entrevista con Guitar World: “Los estudios Trident (donde se grabó el disco) estaban ganando relevancia en el mundo y aun así consideraban que lo tenían todo controlado, pero su sonido era muy malo (…) Era completamente lo contrario a lo que estábamos buscando”.
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Sus ventas fueron directamente proporcional a la crítica recibida. Sin embargo, la poca demanda en el mercado no inhibió la creatividad de la banda, quien al año siguiente lanzaría Queen II (8 de marzo de 1974), un material que siguió apegado al hard rock y al heavy metal.
Este segundo material tuvo mejor aceptación que su predecesor y, aunque tampoco representó la consolidación de Queen, los críticos empezaron a advertir lo que se vendría años después. “Ya se preveía el impacto que la agrupación tendría dentro de la industria musical y en las nuevas generaciones”, reseñó en septiembre de 2023 la revista Rolling Stone. GA