El reciente ataque de Irán a Israel, el pasado 13 de abril, volvió a cambiar el tablero del juego en Medio Oriente. Aunque se trató de una respuesta al bombardeo previo a su consulado en Siria, para el gobierno de Benjamín Netanyahu fue una afrenta imperdonable, y ni las peticiones de mesura por parte de líderes internacionales han surtido efecto. A pocos días del suceso, el primer ministro israelí advirtió: “Tomaremos nuestras decisiones por nosotros mismos. El Estado de Israel hará todo lo que sea necesario para defenderse”.
Aunque el panorama es incierto, el riesgo de escalada es cada vez mayor, dado que Irán también respondió a dicha declaración y aseguró que, de recibir un nuevo ataque, “la bofetada será más fuerte”. Aunque Occidente ha afirmado una y otra vez que apoya incondicionalmente a Israel, si más países de Medio Oriente se involucran, el respaldo podría flaquear, ya que la zona comprende varias naciones productoras de petróleo, lo cual es importante para el comercio mundial.
La presencia de grupos islamistas como Hezbolá y Hamás a lo largo de toda la región, sumado a la cercanía de Rusia, representan un freno y una desventaja para un hipotético despliegue de fuerzas armadas occidentales. Sin embargo, en esta historia, aún nada está dicho.
›De entre los gobiernos que apoyan al régimen encabezado por el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu, destaca Estados Unidos, que no sólo le proporciona armamento, sino que favorece sus incursiones militares desde el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en donde además impide que se le sancione.
De Estados Unidos proviene 69% de las importaciones armamentistas, según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). En una entrevista con ejecentral, Eduardo Rosales, analista de temas internacionales y académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que Israel opera como “un estado más de la Unión Americana”, ya que es el país que recibe más ayuda estadounidense en todo el mundo.
La protección de los gobiernos estadounidenses data de 1948, cuando Israel se independizó de Reino Unido. El entonces presidente Harry S. Truman hizo que Estados Unidos se convirtiera en el primer país en reconocerlo como un Estado nación; desde entonces las relaciones entre ambos países sólo se intensificaron.
Esto se explica, según Rosales, porque en Estados Unidos los judíos representan un lobby muy poderoso que actúa en el Congreso y directamente en la Casa Blanca. Cabe destacar que, en este sentido, el concepto no se refiere a los judíos como organización religiosa, sino como grupo de presión con una gran influencia en el ámbito político, económico y financiero.
De esta forma, no importa si el presidente es republicano o estadounidense. El Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés) mantiene vínculos con ambas corrientes políticas y asegura sus intereses a través de donaciones, que más tarde se reflejan en la ayuda militar a Israel.
De acuerdo con datos del Centro para una Política Reactiva (organización estadounidense sin ánimo de lucro dedicada a monitorear el uso que se le da al dinero en la política y en las elecciones), el presidente Joe Biden ha recibido poco más de 11 millones de dólares del AIPAC. A cambio, el Presidente demócrata invertirá más de 18 mil millones de dólares en Israel, en un paquete militar que incluye aeronaves, drones y municiones, entre otros artículos.
Y aunque tras el ataque de Irán a Israel, el propio presidente Biden le advirtió a Netanyahu que no lo apoyará si devuelve el golpe, lo cierto es que terminará cediendo. “Nunca lo va a dejar de apoyar, de una manera abierta o velada, pero no va a dejar a su estado 51 sin su cobijo y ayuda”, explicó Eduardo Rosales.
Apoyo internacional
Después de Estados Unidos, Alemania es otro de los mayores proveedores de armas a Israel. Para el país liderado por el canciller Olaf Scholz, el apoyo a Israel está asociado a su culpa por el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, en la que el nazismo asesinó a cerca de seis millones de judíos.
De manera parecida a lo que ocurre con Estados Unidos, la alianza entre Israel y Alemania data de décadas atrás, específicamente desde 1952, cuando se firmó el Acuerdo de Luxemburgo.
El tratado establece pagos de reparación alemanes a Israel, que para entonces ya era considerado “hogar de los judíos”.
En el tema de las armas, Alemania concedió el año pasado una licencia para la exportación a Israel de tres mil armas antitanque, y se encuentra en diálogos para enviar miles de cartuchos de precisión para los tanques israelíes, esto según datos del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR).
Finalmente, Italia ocupa el tercer lugar de exportación de armas a Israel. Y aunque su participación es sólo una fracción de lo representado por Estados Unidos y Alemania, en diciembre del año pasado exportó armas por valor de 1.4 millones de dólares, de acuerdo con datos de la agencia Reuters.
Otra de las naciones que ha destacado por su patrocinio a Israel es Reino Unido. En este caso, el internacionalista y académico de la UNAM explicó a este diario que se trata de un vínculo indisoluble, ya que fue en este país donde se gestó el inicio del movimiento sionista en el siglo XIX. Aunado a eso, es el lugar donde se gestó la Declaración Balfour, que deja claro el apoyo de su gobierno al establecimiento de un “hogar nacional” para el pueblo judío en Palestina.
Pero cada día que pasa, el apoyo armamentista de las naciones más poderosas tiene una percepción cada vez más negativa, y las presiones para frenar las exportaciones de armas aumentan en los cinco continentes. A la par de protestas y manifestaciones mundiales, aumenta la preocupación de Occidente en el ámbito financiero, y es que, de escalar las tensiones directas entre Israel y sus vecinos, el comercio podría afectarse, especialmente en materia energética.
“No se saben las medidas que tomaría Irán (ante una nueva agresión). Está en el Golfo Pérsico y por ahí fluye el 20% del petróleo mundial”, señaló el analista de temas internacionales.