Esta semana, una misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), logró llegar a lo que fue el hospital Al-Shifa, que estuvo asediado, bajo ataque y bajo control de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hasta hace unos pocos días.
El complejo, que formaba parte de la columna vertebral del sistema de salud en la franja de Gaza, se ubicaba en Rimal, anteriormente uno de los barrios más prósperos del territorio palestino. Ahora es prácticamente un cascarón vacío, toda vez que las tropas israelíes no solo atacaron el exterior, sino que ingresaron para asesinar a pacientes y personal médico, además de destruir todo el equipo, mobiliario e infraestructura en su interior.
“Se puede ver la destrucción por todas partes, y hay un olor a cuerpos descompuestos”, explicó Ayadil Saparbekov, jefe del equipo de Emergencias Sanitarias, de la Organización Mundial de la Salud, en un video publicado por la propia ONU.
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En el material multimedia, los miembros de la organización recorren el complejo que hasta antes del asedio israelí, tenía capacidad para poco más de 500 pacientes internados, y contaba con varias especialidades como cirugía, maternidad, pediatría y oftalmología, entre otros.
Ahora, a poco más de seis meses de la intensificación de las hostilidades israelíes en suelo palestino, el hospital ha quedado completamente fuera de servicio. “Son sólo escombros. ¿Cuáles eran las tuberías de oxígeno? ¿Cuáles eran las habitaciones de los médicos y de los pacientes? Los pacientes solían estar aquí para recibir sus primeros auxilios. Pero lamentablemente ahora todo está quemado”, se puede escuchar a Saparbekov, durante el recorrido al interior de Al-Shifa.
Cabe destacar que hasta antes del asedio y ataques –que comenzaron el 3 de noviembre del año pasado–, el complejo Al-Shifa ya operaba por encima de su capacidad, debido al aumento de heridos y muertos en la zona.
Para el 12 de noviembre, la OMS perdió todo contacto con el centro hospitalario, y fue hasta el 10 de abril de este año, cuando las FDI se retiraron, dejando el lugar en ruinas.
“Se puede ver aquí, aquí y en muchos otros lugares, los cuerpos que se están descomponiendo bajo el sol de Gaza. Esto es horrible y es inimaginable. Esta guerra debería terminar ahora”, señaló el jefe del equipo de emergencias.
Saparbekov también denunció que el hospital Al-Shifa era uno de los centros que recibía financiación de la OMS. En los últimos tres años se habían invertido al menos cinco millones de dólares, con el objetivo de mejorar y mantener las salas quirúrgicas, adquirir suministros y capacitar al personal. “Estos lugares solían salvar vidas y extremidades. Está todo hecho pedazos. No queda nada”, señaló.
Por su parte, Athanasios Gargavanis, cirujano traumatólogo y especialista en traumatología, mostró que ni siquiera los espacios de cuidado y monitoreo de recién nacidos se salvaron de la destrucción.
Los especialistas finalizaron su mensaje pidiendo de nueva cuenta que se haga un alto al fuego inmediato y se garantice la entrada de los cientos de camiones de ayuda humanitaria, que aún se mantienen a las afueras de Gaza, detenidos por el gobierno israelí.