La contratación de médicos cubanos por parte del Gobierno de México abrió un frente de posible tensión en las relaciones entre nuestro país y Estados Unidos.
El Congreso estadounidense emitió el mes pasado una resolución que condena el empleo de personal médico cubano en México, al considerarlo “tráfico” y una modalidad de “servidumbre”, por lo que llamó a analizar el tema en el marco del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), instrumento que será sometido a revisión el próximo año.
El pasado 16 de julio, el gobierno mexicano anunció que un contingente de dos mil 700 médicos cubanos estaba por llegar al país para sumarse a los 950 que ya laboran desde la pandemia de Covid-19.
“En el último convenio, además de los 950 médicos y médicas de Cuba que ya están laborando en 23 estados del país, se están sumando dos mil 700 de estas especialidades, fundamentalmente de medicina interna, pediatría y urgencias”, dijo el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, en una de las conferencias del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cinco días antes de ese anuncio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos publicó la resolución 1358, en la cual exige “rendición de cuentas por las graves violaciones de los derechos humanos internacionalmente reconocidos en Cuba y las actividades malignas contra los Estados Unidos y los países democráticos del hemisferio occidental cometidas por el régimen comunista en Cuba”.
Uno de los considerandos de la resolución señala que “el régimen cubano envía personal médico al exterior para que actúe como servidumbre en México y otros países en los que se les paga sólo entre el 10 y el 25% de lo que el país anfitrión compensa a Cuba por sus servicios y les niega sus derechos fundamentales”.
Ven trata de personas
Presentado por la legisladora republicana por Florida, María Elvira Salazar, y respaldada por representantes como Robert Menéndez (demócrata, Nueva Jersey), Mario Díaz-Balart (republicano, Florida), Alexander Mooney (republicano, Virgina Occidental), Carlos Giménez (republicano, Florida), Nicole Malliotakis (republicano, Nueva York) y Debbie Wasserman Schultz (demócrata, Florida), el texto contiene nueve resolutivos, uno de los cuales alude a México.
El punto número 7 alienta “a la representante comercial de Estados Unidos a entablar consultas con el gobierno de México y todos los demás países que se dedican al tráfico de médicos cubanos y que violan las disposiciones laborales del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”.
Desde la óptica de Washington, Cuba es considerado como un país de nivel 3, debido a su “incumplimiento total de los estándares mínimos contra la trata de personas”. El régimen de La Habana está catalogado como “un Estado patrocinador de la trata de personas”.
Por el contrario, el gobierno del presidente López Obrador se ha declarado públicamente aliado de Cuba; sostiene que ese país sufre un bloqueo “inhumano e injusto” y ha firmado convenios con el gobierno de la isla para recibir a cientos de médicos de la nación caribeña.
Rechazan que sea tema del T-MEC
Para el exsecretario de Economía y líder del equipo mexicano que negoció el T-MEC, Ildefonso Guajardo, es difícil que el tema de los médicos cubanos sea analizado a la luz de las disposiciones laborales del tratado comercial de Norteamérica, ya que el acuerdo penaliza el trabajo forzoso, pero en la producción de bienes comerciales, no en materia de servicios médicos.
“Este tema, sin duda, puede implicar violaciones a ciertos preceptos que rigen la relación bilateral, porque se trata de violaciones a derechos humanos, pero no le atañe al rubro comercial. O sea, no es por la vía del acuerdo comercial donde este tema tiene implicaciones”, dijo Guajardo en entrevista con ejecentral.
“El acuerdo que sí puede servir para analizar el tema, es el acuerdo comercial con Europa, porque está basado en tres pilares. Hay un pilar económico-comercial, otro pilar de cooperación y un tercer pilar tiene que ver con democracia y derechos humanos. Pero en el T-MEC, per se, no hay un mecanismo que permita examinar los términos en que se está contratando a personal médico de Cuba”, agregó.
Contratación polémica
Partidos de oposición y representantes de organizaciones de médicos en México han denunciado que el dinero que se paga por la contratación de profesionales de la salud cubanos es en realidad una forma de apoyo económico a La Habana, ya que el pago se realiza directamente al gobierno de la isla, para después ser dispersado entre los profesionales que laboran fuera del territorio
De acuerdo con la organización no gubernamental Prisoners Defenders, las condiciones de los contratos de médicos cubanos que se encuentran en misiones en México atentan contra una gran variedad de tratados internacionales que defienden los derechos humanos, ya que se prohíbe, entre otras cosas, que los cubanos entablen relaciones afectivas o sentimentales en territorio mexicano o que estén fuera de sus casas después de las 6 de la tarde.
La polémica por la contratación de médicos cubanos y las reacciones adversas en Estados Unidos son desafíos que deberá enfrentar el próximo secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, ya que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, informó en días pasados que habló con el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Eduardo Rodríguez, sobre la posibilidad de continuar con el apoyo de médicos de la isla al menos durante el primer año de su administración.
Integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Ildefonso Guajardo Villarreal expuso que México es signatario de varios tratados internacionales que implican compromisos para la protección de los derechos humanos, por lo que “en ese contexto, se puede demandar el cumplimiento de México con esos acuerdos”.
Por lo pronto, la resolución 1358 del Congreso de Estados Unidos da por hecho que el régimen cubano utiliza la inmigración ilegal como arma para saturar la frontera de Estados Unidos, para así beneficiarse del contrabando internacional, exportar disidencia, infiltrar espías y fortalecer una economía de “mercado negro”.
También llama al gobierno de Estados Unidos a “utilizar todas las herramientas diplomáticas para persuadir a los gobiernos extranjeros y a las organizaciones internacionales a que se unan a sus esfuerzos y coordinen actividades para llevar la libertad y la democracia a Cuba”.
