Mario Marín, el exgobernador del estado de Puebla, ha sido trasladado a arresto domiciliario tras enfrentar acusaciones de tortura contra la periodista Lydia Cacho. La madrugada de este miércoles, Marín dejó la prisión del Altiplano y llegó a su residencia en Xilotzingo, Puebla, escoltado por una unidad de la Guardia Nacional y tres patrullas adicionales.
El cambio en las medidas cautelares del exmandatario se produjo después de que su defensa legal obtuviera un amparo que le permitirá continuar su proceso desde su hogar. Marín deberá permanecer dentro del estado de Puebla y llevará un brazalete electrónico para garantizar su localización constante.
Este movimiento judicial surge después de que la jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez determinara que el delito imputado al exgobernador no justificaba la detención preventiva. Marín es señalado por su implicación en la detención ilegal y tortura de Cacho, quien fue aprehendida sin orden judicial en 2005 tras la publicación de su libro “Los demonios del Edén”, donde denunciaba una red de pederastia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su desaprobación frente a la decisión de liberar a Marín, mencionando las complicaciones administrativas y multas que se generaron durante el proceso. Además, destacó la necesidad de reformar el Poder Judicial para mejorar estos procedimientos.
NM