Marea Rosa mide terreno para definir su rumbo

3 de Julio de 2024

Marea Rosa mide terreno para definir su rumbo

Marea Rosa

Belaunzarán y Avendaño, voceros del Frente Cívico Nacional, descartan que el movimiento vaya a convertirse en un PRD remasterizado

La Marea Rosa seguirá como un movimiento social en defensa de las instituciones; sin embargo, algunos de sus integrantes han puesto sobre la mesa la creación de un partido político que abandere las causas de esa fuerza ciudadana que se ha manifestado en cuatro ocasiones para respaldar a la democracia, al Instituto Nacional Electoral (INE) y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Organizadores de este movimiento enfatizan que a la Marea Rosa nadie la controla y nadie puede hablar por ella, aunque es la principal fuerza de oposición en México, ante la crisis de los partidos políticos contrarios a la 4T.

Amado Avendaño y Fernando Belaunzarán, voceros del Frente Cívico Nacional, coinciden en que la Marea Rosa no será un PRD 2.0 ni un sol azteca remasterizado.

Belaunzarán, exconsejero nacional del PRD, dice abiertamente –en entrevista con ejecentral– que él se inclina por la creación de un instituto político.

—¿Este partido por el que te inclinas sería como el nuevo PRD? –se le pregunta.

“No, no, no, no, eso sería matar al nuevo partido. Lo peor que podríamos hacer es perredizar lo que queremos que sea nuevo. Para nada se trata de revivir al PRD o rescatarlo, ese no sería el objetivo (…) Podemos crear un partido político que enarbole las causas de la Marea Rosa, pero no partidizarla, respetando, insisto, la independencia del movimiento, la autonomía del movimiento”, responde.

Para Amado Avendaño, el reto es que las manifestaciones ciudadanas sigan siendo legítimas y sin manipulaciones.

“Es un grupo muy numeroso, muy relevante, que genera mucho ruido, pero que no se puede controlar, no puede haber un caudillo encabezando esto. Lo que sí va a suceder es que algunas organizaciones, como el Frente Cívico Nacional, se reúnan el próximo 6 de julio en un encuentro ciudadano, en donde se va a consultar qué hacer ante la grave crisis de representatividad que hay de los partidos políticos actuales. Y lo que preocupa es analizar la viabilidad de una nueva fuerza política que se distancie radical y significativamente de lo que conocemos hoy como cualquier partido”, opina.

La siguiente cita

El próximo 6 de julio, los ciudadanos y organizaciones civiles que confluyeron en la Marea Rosa están convocados al primer encuentro después de las elecciones. En el Gimnasio Juan de la Barrera de la Ciudad de México se prevé que se aborden cinco temas: la explicación del balance electoral, la narrativa que se debe usar en adelante, las acciones postelectorales, acciones frente a las reformas del Plan C y “la ruta de navegación de la sociedad civil”.

De acuerdo con la Guía de Discusión Rumbo al Encuentro Nacional Ciudadano, cuya elaboración estuvo a cargo del historiador y analista político José Antonio Crespo, en la temática sobre la explicación del balance electoral se debe hablar de la “elección de Estado”, del rol de la delincuencia organizada en los comicios, del desprestigio del PRI y del PAN, de la decepción de los partidos, del hecho de que la clase media favoreció a Morena, de la descoordinación entre los partidos y el equipo de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez y de la ausencia de estructuras.

Entre las acciones postelectorales que se considerarán se encuentra otra marcha nacional para evitar la sobrerrepresentación de Morena, PT y PVEM en el Congreso de la Unión, e incluso un plantón permanente frente al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en tanto se definen los espacios plurinominales de las fuerzas políticas en el Senado y la Cámara de Diputados.

“Existe la posibilidad de que el TEPJF avale el criterio según el cual la coalición ganadora obtenga 21% de sobrerrepresentación en lugar de 8% que marca la Constitución, es decir, que en lugar de 62% de las diputaciones obtenga el 75%, dejando a la oposición desarmada”, se alerta.

Pero esa no es la única preocupación de la sociedad civil que organizó las movilizaciones de la Marea Rosa, sino el llamado Plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“De las reformas presentadas por López Obrador, hay algunas que posiblemente se aprueben en septiembre. La del Poder Judicial es la más peligrosa, tanto porque se trata de una maniobra para nombrar a incondicionales del Ejecutivo como ministros de la Corte, como por los daños económicos que puede provocar ante la incertidumbre jurídica que crea en los mercados. ¿Qué acciones podrían tomar las organizaciones cívicas en ese mes?, ¿otra marcha de domingo?, ¿plantón permanente en San Lázaro y en el Senado, según los tiempos?, ¿otras acciones, cuáles?”, se plantea en la guía.

También se prevé que se aborden las propuestas de crear un nuevo partido, bajo la premisa de que difícilmente se podrá enfrentar de otro modo a Morena, un instituto político cada vez más fuerte y con capacidad para hacer reglas a modo.

Preguntas hacia adentro

Sobre las acciones que debe seguir la sociedad civil organizada, la guía referida plantea tres opciones, dos de ellas a manera de pregunta.

La primera es si se debe formar un nuevo movimiento (partido) con un corte más ciudadano y disruptivo que busque la confianza de la mayoría de los electores, al menos los no obradoristas

La segunda pregunta es si se debe buscar y definir entre todas las organizaciones que quieran unirse a este esfuerzo, liderazgos que tengan capacidad y experiencia, pero también un expediente limpio para generar confianza, y una personalidad carismática y atractiva para convencer masas.

Y la tercera opción responde a la segunda de las preguntas, al establecer que no se necesita, pues se debe buscar la unidad de la oposición.

Al respecto, Avendaño resalta que es momento de decidir el futuro de la Marea Rosa, a la cual define como una fuerza política de oposición, pero no partidista.

“Es político, de oposición, pero no partidista. ¿Por qué político? Porque nacimos para combatir el autoritarismo del gobierno. Era un movimiento politizado, de oposición, porque estábamos en contra de las decisiones del gobierno; pero no partidista porque nosotros no convocamos a los partidos a que nos acompañaran, sino hasta la última etapa que convocamos a dos candidatos (Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada) y a quienes se quisieran sumar, pero ya en la etapa electoral”, enfatiza.

NM

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