Males mentales se contagian por redes físicas o virtuales

17 de Octubre de 2024

Males mentales se contagian por redes físicas o virtuales

Males mentales

Estar en contacto frecuente con personas que padecen este tipo de enfermedades representa un riesgo de contraerlas, señala el estudio más grande que se ha hecho sobre el tema

El estudio más amplio que se ha hecho sobre la relación entre la salud mental y las redes sociales (no necesariamente las virtuales) encontró que es muy posible que éstas sirvan como vía de contagio o de transmisión de padecimientos de este tipo.

Si bien desde hace años se ha comprobado que las redes sociales virtuales afectan la salud mental, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes, la nueva investigación, publicada el pasado 22 de mayo en el Journal of the American Medical Association (JAMA), proporciona una perspectiva diferente, que amplía por mucho lo que ya se sabía.

El equipo de investigación analizó datos de 713 mil 809 alumnos de 860 escuelas finlandesas, a quienes se dio seguimiento durante un tiempo promedio de 11 años desde que estaban en noveno grado (equivalente a tercero de secundaria). En otras palabras, desde que tenían alrededor de 16 años y hasta más o menos los 27.

La muestra incluyó los datos de “todos los ciudadanos finlandeses nacidos entre el 1 de enero de 1985 y el 31 de diciembre de 1997”, se señala en el reporte de la investigación. A estas personas se les dio seguimiento desde el 1 de agosto del año en que completaron el noveno grado “hasta el diagnóstico de trastorno mental, emigración, muerte o el 31 de diciembre de 2019, lo que ocurriera primero”, lo que significa que se analizaron datos y comportamientos entre 2001 y 2019.

Tan enorme tamaño de muestra fue posible, porque el equipo de investigación de las universidades de Helsinki, Jyväskylä y Manchester, y del Instituto Finlandés de Salud y Bienestar, tuvieron acceso a la base de datos de los registros de salud de toda la población de Finlandia.

Las relaciones importantes

“Los hallazgos de este estudio sugieren que los trastornos mentales podrían transmitirse dentro de las redes de pares adolescentes”, concluyó el equipo encabezado por Christian Hakulinen, pues para cada persona, el riesgo de recibir un diagnóstico de trastorno mental en el futuro crece conforme mayor es el número de compañeros de clase diagnosticados con un problema de salud mental.

Hakulinen destaca en un comunicado que este fenómeno “fue más fuerte durante el primer año de seguimiento del estudio”, y que el riesgo de ser diagnosticado en el futuro “no se explica por factores relacionados con los padres, la escuela y la zona residencial”.

El profesor-investigador de la Universidad de Helsinki aclara que la relación entre el ambiente escolar y el desarrollo de problemas de salud mental “fue más pronunciada” para los trastornos del estado de ánimo, de ansiedad y de alimentación.

Investigaciones previas, aclara Hakulinen, han tenido resultados y han llegado a conclusiones similares; sin embargo, en esos estudios, las redes sociales generalmente fueron elegidas de forma independiente por los propios sujetos de investigación, lo que puede sesgar los datos.

En cambio, las clases escolares son redes sociales muy adecuadas para este tipo de investigación, ya que las personas no pueden elegir a sus compañeros de clase.

Sin embargo, el reporte enfatiza que la conexión observada en el estudio no es necesariamente causal. “Es posible, por ejemplo, que el umbral para buscar ayuda por problemas de salud mental se reduzca cuando hay una o más personas en su red social que ya han buscado ayuda para sus problemas. De hecho, este tipo de normalización del diagnóstico y el tratamiento puede considerarse un contagio beneficioso de los trastornos mentales”, afirma Hakulinen.

Y las redes sociales virtuales ¿qué?

Otro estudio, publicado el 15 de mayo en el International Journal of Mental Health and Addiction, encontró que la mayoría de los participantes en el estudio (376 adultos jóvenes en Canadá, de los cuales el 82.4% eran mujeres) tenían al menos síntomas depresivos leves.

El equipo de investigación del Centro Infantil Johns Hopkins también encontró que quienes tenían un mayor uso de las redes sociales tendían a estar más deprimidos, y que las personas que estaban más deprimidas también tendían a usar más las redes sociales. Sin embargo, el uso de estas plataformas no provocó ni aumento ni disminución en los niveles de síntomas depresivos con el tiempo.

Además, los niveles más altos de uso de redes sociales y de síntomas depresivos se asociaron con niveles más bajos de exposición a espacios verdes, al consumo de cannabis y a más desveladas.

Epílogo de principios

Otra cosa que ha sucedido en las últimas dos décadas, según un equipo de las universidades Federal de Río Grande del Norte y Federal de Río de Janeiro y de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), es que los modelos psiquiátricos que imperaron durante la segunda mitad del siglo XX, centrados en la noción de enfermedad mental, “colapsaron”.

Estos modelos, “excesivamente simplistas… estaban dispuestos a considerar una única causa primaria ‘natural’ –ya fuera bioquímica o neurofisiológica– como explicación suficiente para fenómenos psicológicos y sociales complejos como la psicosis o la depresión”, señala el equipo encabezado por Sidarta Ribeiro en su reporte de investigación publicado en la revista PLOS Mental Health.

Ahora, los tratamientos farmacológicos están haciendo lugar “al reconocimiento de que las condiciones de salud mental son, en gran medida, una construcción social producida por estilos de vida que ponen en peligro los principios esenciales de la buena salud: el sueño, la nutrición, el ejercicio, la introspección y conexión mente-cuerpo”.

La conclusión que parece desprenderse de estos análisis, es que para resistir el contagio o el desarrollo interno de los problemas de salud, es conveniente empezar por seguir esos “principios esenciales de la buena salud”.

NM