La temporada de calor augura más incendios forestales, pero más allá de los graves daños ambientales que representan, también afectan de forma significativa la salud mental de las personas.
Así lo demostró un estudio publicado en la revista JAMA Network Open, que encontró que tras estos desastres, las poblaciones cercanas a ellos registran un aumento en los pedidos de fármacos estabilizadores del estado de ánimo y para reducir la ansiedad.
De manera específica, las mujeres y adultos mayores fueron los grupos en donde se observó la tendencia en mayor medida.
Los resultados fueron obtenidos gracias a la cooperación de las empresas farmacéuticas, lo que podría indicar algunos límites debido a los reclamos comerciales. Esto debido a que se contabilizan únicamente las personas que cuentan con seguro médico, por lo que quienes viven en entornos desfavorecidos y zonas rurales no forman parte de la investigación.
Aunado a eso, otro estudio encontró que las personas expuestas a mayores concentraciones de partículas contaminantes u hollín tienden a presentar mayor riesgo de ansiedad y depresión.
En palabras del doctor Jyoti Mishra, codirector de la Iniciativa de Salud Mental y Cambio Climático de la UC, la investigación presentada esta semana —de la cual no formó parte—, “Es importante porque corrobora la enorme angustia que siente la gente en el contexto de los incendios forestales”.
A medida que la emergencia climática se agudiza, más niños y jóvenes estarán expuestos a sus consecuencias, por lo que esta clase de investigaciones resulta de particular importancia debido a las secuelas que pueden presentar.
“Uno podría imaginar que una vez que el humo desaparece, el problema también disminuye, pero eso no es necesariamente cierto. Realmente puede convertirse en un trauma a largo plazo, por lo que es necesario abordarlo seriamente”, señaló Mishra.