El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado en 1989 como resultado de la convergencia de fuerzas de izquierda lideradas por Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, se enfrenta a uno de los momentos más críticos de su historia política.
El PRD surgió como una alternativa progresista frente al dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y rápidamente se convirtió en una fuerza importante en la política mexicana. En 1997, Cuauhtémoc Cárdenas fue elegido como el primer jefe de gobierno del Distrito Federal, actualmente Ciudad de México, marcando un hito en la democratización de la capital.
A lo largo de los años, el PRD ganó gubernaturas en varios estados del país y se consolidó como la segunda fuerza política en el Congreso de la Unión, después del PRI. Sin embargo, desde mediados de la década de 2000, el partido ha enfrentado un declive gradual.
Uno de los momentos decisivos fue la salida de Andrés Manuel López Obrador en 2012 para formar su propio partido, Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Esta fractura significó la pérdida de una parte considerable de la base electoral y de liderazgo del PRD.
Además, el partido se vio envuelto en el Pacto por México durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, una alianza que buscaba impulsar reformas estructurales pero que fue criticada por algunos sectores de la izquierda por desdibujar el perfil ideológico del PRD.
En las elecciones recientes, el PRD enfrentó resultados desfavorables, obteniendo solo el 2,43% de los votos para diputaciones, el 2,27% para senadurías y el 1,86% en la elección presidencial. Estos resultados son insuficientes para cumplir con el requisito legal del 3% de los votos requerido para mantener su registro nacional, según el Instituto Nacional Electoral (INE).
Actualmente, el partido cuenta con aproximadamente 980 mil militantes a nivel nacional. Ante la inminente pérdida del registro, líderes como Jesús Zambrano han sugerido la posibilidad de formar nuevas coaliciones o movimientos políticos. Se espera que muchos de los militantes del PRD se inclinen hacia otras fuerzas emergentes como Morena o Movimiento Ciudadano, que han ganado terreno con una agenda más progresista. DJ