En una historia de éxito para los conservacionistas, la población de lobos mexicanos sigue aumentando, marcando su octavo año consecutivo de recuperación.
El último conteo anual realizado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos ha revelado un prometedor aumento del 6% en la población.
Hasta el 2023, la población de lobos mexicanos alcanzó un mínimo de 257 individuos en los estados de Arizona y Nuevo México, mostrando un crecimiento desde los 242 lobos contados en 2022. Los resultados de la encuesta señalan 144 lobos en Nuevo México y 113 en Arizona.
Es importante destacar que el estudio también descubrió la existencia de al menos 56 manadas; de las cuales, 36 están ubicadas en Nuevo México y 20 en Arizona- siendo una manada de lobos se define como dos o más lobos dentro de un rango de hogar establecido-.
Esta tendencia representa el período continuo más largo de crecimiento poblacional desde que comenzaron los esfuerzos de recuperación para esta subespecie en peligro de extinción. El éxito se extiende a las iniciativas de crianza cruzada destinadas a mejorar la diversidad genética.
A través del programa de crianza cruzada, que implica transferir cachorros de lobo mexicano nacidos en cautiverio a madrigueras de lobos salvajes, aproximadamente 138 cachorros de lobo nacieron en el último año.
De estos, al menos 86 sobrevivieron hasta el final del año, reflejando una notable tasa de supervivencia del 62%, superando la tasa típica del 50% vista en las poblaciones de lobos salvajes.
El informe identifica 26 pares reproductores, con 15 en Nuevo México y 11 en Arizona, destacando el progreso en los esfuerzos de reproducción.
Cabe señalar que que al menos 15 cachorros de lobo mexicano criados han alcanzado la edad reproductiva, con un mínimo de 10 reproduciéndose con éxito y produciendo más de 20 camadas en la naturaleza. Algunos de estos descendientes han contribuido aún más al producir cachorros de manera independiente.
Desde 2016, se han realizado colocaciones estratégicas de 99 cachorros en 40 madrigueras salvajes, contribuyendo significativamente al crecimiento y la sostenibilidad de la población de lobos mexicanos.
Por su importancia, los lobos mexicanos, reintroducidos inicialmente en la naturaleza en 1998, tienen una clasificación separada del lobo gris bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción. DJ