Gracias a las condiciones secas y fuertes ráfagas de aire, Turquía enfrenta la amenaza de fuertes incendios forestales, que ponen en riesgo tanto asentamientos humanos como monumentos históricos.
Izmir, la tercera ciudad más grande de Turquía, es uno de los lugares de preocupación para los bomberos y rescatistas. Se trata de un enclave ubicado al oeste del país, y en el que la proximidad de las llamas provenientes del bosque obligó a muchos de sus residentes a evacuar durante la noche del jueves.
En Manisa, cercana a Izmir, las autoridades evacuaron a cerca de 80 familias, y no muy lejos de ahí, el fuego consumió varias estructuras de la aldea de Karayakup.
Ne zaman durdurulacak ! Hepimiz yanıyoruz . #izmiryangın pic.twitter.com/cypu0mc7Ak
— SiNEM GÜÇLÜ (@guclusinemm) August 16, 2024
El sitio histórico donde se desarrolló la batalla de Gallipoli en la Primera Guerra Mundial es otro de los puntos que fueron amenazados por las llamas. Fotografías recientes muestran que el cementerio de Canterbury, que alberga las tumbas de los soldados del conflicto, fue rodeado por el incendio, y se aprecia hollín y quemaduras ligeras en las lápidas.
Aunque en el memorial ya no existe peligro por el momento, bomberos y especialistas aún se encuentran atendiendo otros puntos del país. Al respecto, Irfan Onal, alcalde de distrito de Izmir, señaló que “las fuertes ráfagas de viento llevaron un incendio en la región de Dogancay a zonas residenciales. Queremos que nuestros ciudadanos que viven en la región evacuen sus hogares lo antes posible”.
Para combatir el siniestro, el gobierno de Turquía ha puesto a disposición aviones, cientos de vehículos y miles de efectivos, y advirtió el peligro de los incendios forestales durante la época de sequedad.
BM