Uraños y poco confiables. Así es como algunas personas se refieren a los gatos, sin embargo, dicha idea podría quedar desechada. Al menos así lo sugieren estudios recientes sobre cognición social de los gatos, los cuales tienen evidencia de que estos animales de compañía podrían ser igual o más apegados que los perros.
En las universidades estatal de Oregon y la Ambiental de Unity se han realizado análisis para interpretar el lenguaje corporal y comportamiento de los mininos, a los cuales se les concibe como animales poco sociables al ser descendientes del gato salvaje africano, un animal con poco contacto con humanos.
En algunos de estos estudios, se ha hecho referencia a la flexibilidad en el comportamiento social de los gatos, la cual es mayor o menor dependiendo de sus experiencias personales; es decir, cada caso es particular.
Cada vez hay más estudios sobre el comportamiento social de los mininos, por lo cual, se ha concluido, sus habilidades se han subestimado. Incluso, se ha advertido que si sus interacciones con personas son positivas, pueden llegar a entablar nexos fuertes y duraderos, como los que suelen atribuirse solo a los perros.
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Al respecto, en las dos universidades referidas se han impulsado adiestramientos para que los gatos socialicen y sigan ciertas indicaciones. La clave, se ha destacado, es identificar el estrés; cuando este se manifiesta lo ideal es dejarlos para después seguir con la enseñanza.
Cabe señalar que es distinto el análisis entre gatos caseros, de refugio y los que viven al aire libre. Como se dijo, cada caso es particular y distinto dependiendo del lugar donde se desenvuelven los gatos.
Entonces, podemos concluir que sí, es posible caerle bien a los gatos. De forma que tal y como ocurre con los perros, los mininos podrían ser el nuevo mejor amigo del hombre. GA
