Es más probable que el SARS-CoV-2 sea artificial: nuevo análisis
Después de cuatro años de debates, una sencilla herramienta para distinguir el origen natural o no de una epidemia le da 68% de probabilidad de ser artificial
El 17 de marzo de 2020, apenas 67 días después de se publicara la primera secuencia del coronavirus causante de la Covid-19, se publicó un artículo que señalaba que el virus era casi con toda seguridad producto de una zoonosis natural (el paso de un animal a un ser humano). Si bien en un principio se aceptó, esta hipótesis ha sido cada vez más cuestionada, y ahora se publica un análisis que encuentra que hay un 68% de posibilidad de que el SARS-CoV-2 sea artificial.
La nueva investigación, publicada el 15 de marzo en la revista especializada Risk Analysis, utiliza “una herramienta de análisis de riesgos establecida para diferenciar epidemias naturales y no naturales” llamada evaluación de Grunow-Finke modificada.
Tras utilizar 11 criterios de evaluación, la hipótesis de un origen no natural obtuvo 41 de 60 puntos (68%), “con una alta confiabilidad entre evaluadores (100%)”, señala el equipo de investigación en su reporte. Además, destaca que es muy distinta a otras epidemias, estas sí naturales, de coronavirus, como el MERS y el SARS.
“Esta evaluación de riesgos no puede probar el origen del SARS-CoV-2, pero muestra que no se puede descartar fácilmente la posibilidad de un origen de laboratorio”. Xin Chen y colaboradores. Risk Analysis, 15 de marzo de 2024.
“Esta evaluación de riesgos no puede probar el origen del SARS-CoV-2, pero muestra que no se puede descartar fácilmente la posibilidad de un origen de laboratorio”.
El cuestionado origen natural
La hipótesis del artículo “The proximal origin of SARS-CoV-2”, publicado en la revista Nature, se aceptó como verdadera pues estaba firmada por reconocidos virólogos y epidemiólogos. Básicamente afirmaba que un coronavirus de murciélago había pasado a un animal intermediario (quizá una civeta), y de ahí a un ser humano en el mercado de mariscos de Huanan.
Desde entonces, la posibilidad de que el coronavirus pudiera haberse fugado de un laboratorio, y en concreto del Laboratorio de Virología de Wuhan, se trató como una teoría conspiranoica.
Sin embargo, cuatro años después, aún faltan pruebas definitivas de la existencia de un hospedero animal intermediario; además, se ha señalado que las muestras de virus tomadas en el mercado en 2020 tenían virus de las variantes A y B y no de la variante original encontrada en los primeros pacientes.
La sospecha de artificialidad
Por otra parte, diversos expertos y periodistas han encontrado pruebas circunstanciales de esta hipótesis alternativa. Concretamente, la existencia de un plan llamado Defuse para crear, a partir de un coronavirus de murciélago, uno que pudiera infectar a humanos y que resulta muy parecido al SARS-CoV-2 en los detalles que lo hacen más infeccioso. Uno de esos detalles, el sitio de corte de la furina, no se encuentran en ningún otro coronavirus.
Aunque este plan no recibió el financiamiento de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) al que aspiraba, hay quienes sospechan que se llevó a cabo de todas formas, sobre todo porque es muy poco probable que un virus que acaba de saltar a los humanos sea tan eficaz para infectarlos (los brotes naturales de MERS y SARS no llegaron siquiera los mil muertos).
La falta de acceso al Laboratorio de Virología de Wuhan de investigadores internacionales que pudieran hacer una evaluación imparcial ha contribuido a las suspicacias, y Anthony Fauci, quien fuera director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, al que se sometió la propuesta Defuse, está siendo investigado.
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