Si eres centennial o G-Z, es decir, que cuando tú naciste ya había Internet en tu casa, felicidades, pues perteneces a una generación de jóvenes que más ha tenido acceso a la información financiera, debido a que estuviste familiarizado con los teléfonos móviles desde muy pequeño.
Pero ten cuidado, pues no toda la información que te llega a través de las redes sociales es beneficiosa y, de hecho, en el campo financiero, hay un sinfín de contenidos que son todo lo contrario, pueden perjudicar severamente tu cartera cuando apenas empiezas a tener recursos propios.
Sigue los siguientes consejos para que no caigas en las trampas y mentiras que circulan en las redes sociales que, en el mejor de los casos, te pueden llevar a adquirir malos hábitos financieros, y en el peor, a perder lo poco que has empezado a ahorrar.
1 No sigas tendencias nocivas. En los últimos meses se han puesto en tendencia conceptos como Soft saving o ahorro suave, el cual propone que los jóvenes deben dedicarse a vivir el presente y priorizar el tener una vida cómoda que incluya gastos en videojuegos y en antros, sin pensar en el futuro.
2 Cuida tu privacidad. Otra tendencia que se puso en boga recientemente es Loud budgeting o presupuesto ruidoso, mediante la cual se invita a los jóvenes a compartir su presupuesto, con ingresos y gastos mensuales. Muchos incautos han llegado a compartir hasta cuentas bancarias de sus padres, lo que es aprovechado por delincuentes.
3 Evita hábitos absurdos. Un reto, originado en Estados Unidos, como los anteriores pero que ya ha penetrado en México es el llamado Cash stuffing, que consiste en “ahorrar” el dinero en sobre de distintos colores según va cambiando la tendencia, en lugar de abrir una cuenta bancaria.
4 Di no al dinero “fácil”. Es muy común encontrar en las redes sociales contenidos en donde te aseguran que hay mil forma de obtener dinero de manera muy sencilla. Lo menos que te puede pasar si crees en esto es que perderás tu tiempo, pero podrías también perder tu poco dinero de manera muy rápida.
5.- Ojo con los “negociazos”. Hay muchos vivales que se aprovechan de la inocencia y la poca información de los jóvenes para enviar por las redes invitaciones para invertir “en un fabuloso negocio” que, dicen, te permitirá ayudar a tus padres y continuar con tus estudios. No hacas caso. Sólo te sacarán tu dinero.
6.- Emprende con seriedad. Si en verdad quieres emprender, busca asesoría especializada con sitios serios, como lo son las páginas institucionales de cualquiera de los tres niveles de gobierno, en las escuelas públicas de nivel medio y superior, y en algunas fundaciones de grupos empresariales relevantes.
7.- Une esfuerzos. Contempla la posibilidad de asociarte con amigos o parientes de tu edad para echar adelante un proyecto productivo común. Es probable que cada uno disponga de poco capital y que por lo tanto resulte imposible despegar sin realizar un esfuerzo común. Pero en todo caso, no dejes de asesorarte con profesionales.
8. Busca un trabajo. Si lo que tus padres te dan para la escuela no te alcanza para tus gastos personales, no los exprimas más y mejor busca un trabajo de medio tiempo, de lo que sea. No pretendas ganar como un profesionista cuando ni siquiera has terminado tus estudios. Trabajar es la forma más segura y rápida de ganar dinero.
9. Planifica tus gastos. Ya sea que tus únicos ingresos sean lo que te dan tus padres o que ya estés generando algo por tu cuenta, planifica tus gastos. Haz un presupuesto mensual que incluya lo que consumes regularmente y calcula cuánto puedes ahorra en cada periodo.
10. Abre una cuenta. Y por último, si tu remanente mensual ya es de cierta magnitud, abre una cuenta bancaria. No hagas caso a los mensajes en las redes -que abundan- sobre que los bancos “son malos” y sólo te exprimen, porque te cobran comisiones. Ten en cuenta que tener tu dinero en un banco siempre será mejor que guardarlo en una gaveta de tu ropero.
NM