Entorno machista, reto para la primera Presidenta
Especialistas en género y política advierten que el gobierno de una mujer será revisado con lupa y que el más mínimo error será magnificado; sin embargo, confían en que su gestión tenga un sello distintivo

Entre miles de mujeres que discuten y confrontan posturas en redes sociales, existe expectativa y esperanza por la primera administración federal a cargo de una igual: una Presidenta. Sin embargo, expertas alertan que la llegada al poder de la primera mujer gobernante le significa una carga precisamente por su género.
Artemisa Montes, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, advierte que hoy en día todavía existe una percepción de que las mujeres “somos menos capaces para estar en puestos de toma de decisión, y por ello siempre se está esperando encontrar una falla. Así que la nueva Presidenta tendrá el reto de hacerlo ‘dos veces mejor’”.
Montes refiere que la evaluación de su desempeño, lamentablemente, será en función de su género, particularmente porque también será la sucesora de un presidente con un alto nivel de popularidad, como el de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, espera que encuentre un margen “para dejar su sello desde una perspectiva de democracia participativa y ciudadana”.
Además, se pronunció porque aproveche la oportunidad de reconstruir una relación “con organizaciones de la sociedad civil y con representantes de otros sectores, como la academia y los colectivos feministas, que fueron muy dañados en el actual sexenio”.
Entre los diversos sectores, el clamor va cambiando de forma, desde el deseo de un gobierno paritario hasta programas para mitigar el cambio climático, pero si hay algo que persiste es el anhelo de que la Presidenta gobierne volteando a ver a las mujeres.
Entre la sociedad civil, un grupo de ciudadanas consultadas por La-Lista confió en que la primera Presidenta de México al menos ejerza el poder considerando las condiciones estructurales que ponen en desventaja a las mujeres y privilegie las políticas públicas en su favor. Sin embargo, Fernanda Vidal, investigadora de la Universidad Panamericana, explica que siempre se espera más de un grupo que tradicionalmente había estado excluido de la esfera política, e invita a reflexionar que “tendríamos que esperar lo mismo de un gobernante o de otro sin importar su sexo”.
Alejandra López, directora de Consultoras en Género y Gobierno de la Universidad Anáhuac, reconoce que la apuesta por un sistema de cuidados demostraría empatía y sensibilidad con el sector de las mujeres; sin embargo, precisa que dicha oferta nunca estuvo en pie durante las campañas y es difícil imaginar que se eche a andar en el nuevo sexenio.
No obstante, plantea que será interesante observar quiénes son las expertas que rodean a la nueva Presidenta y que supervisarán sus programas y políticas públicas.
López coincide con Artemisa Montes y detecta que a la primera mujer en el encargo más importante del país se le estarán midiendo con lupa sus errores, sobre todo desde una perspectiva machista, para hacer explícito que “aunque a las mujeres se les da la oportunidad de ascender políticamente, no siempre pueden hacer el mismo trabajo que un hombre”.
Desde esta premisa, celebra la renovación en el poder, pero confía en que la Presidenta busque una manera de diferenciar su gestión.
NM