El Congo, azotado por un genocidio silencioso  

28 de Junio de 2024

El Congo, azotado por un genocidio silencioso

genocidio en el Congo

El país africano sufre una nueva crisis de violencia, exacerbada por la presencia de grupos extremistas armados, que asesinan en masa por motivos religiosos

En un momento en que el mundo se encuentra sacudido por las masacres del ejército israelí en Gaza, así como la guerra que parece no tener fin en Ucrania, una escalada de violencia que ya lleva varios meses ha pasado casi desapercibida.

Se trata de la crisis en la República Democrática del Congo, en donde se estima que, desde diciembre del año pasado, ocho millones de personas han sido desplazadas, mientras que el número de muertos es incalculable, pues se conocen las matanzas colectivas, pero no hay cifras oficiales.

La nueva ola de violencia empezó desde diciembre del año pasado, cuando se realizaron las elecciones nacionales que colocaron a Félix Tshisekedi como presidente del país.

Las razones son variadas, pero predominan la explotación de recursos naturales y la actividad de grupos armados radicales, lo que causó que muchas personas abandonen sus casas o refugios cada noche para buscar lugares más seguros, como iglesias o incluso las calles.

›Entre los grupos radicales armados que asolan la región se encuentran rebeldes vinculados al grupo yihadista Estado Islámico. Con el nombre de ISIS-República Democrática del Congo (ISIS-RDC), ISIS-África Central y Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, por sus siglas en inglés), se trata de uno de los grupos paramilitares más mortíferos en el país, especialmente en la parte oriente.

Según datos de inteligencia de Estados Unidos, ISIS-RDC opera principalmente en la región de Kivu Norte –colindante con Uganda y Ruanda–, y en Ituri, que a su vez comparte frontera con Uganda y Sudán del Sur, aunque en los últimos años ha extendido sus actividades a otros puntos, como Afganistán, Somalia, Mozambique, la parte occidental de África occidental y el Sahara.

La persecución y las matanzas que realiza ISIS-RDC en las provincias ya mencionadas es del tipo religioso, toda vez que el grupo islamista busca extender un califato en la parte central de África a través de su severa interpretación de la ley islámica.

El secuestro de jóvenes (por lo general, del sexo femenino), asesinatos y agresiones sexuales son algunas de sus acciones, y entre sus principales víctimas se encuentran mujeres y practicantes de otras religiones.

Hasta el papa Francisco ha reconocido la amenaza que representa ISIS-RDC. Tras un ataque realizado la semana pasada, que dejó al menos 80 muertos en Kivu Norte, el pontífice hizo un nuevo llamado a la paz, y admitió que “entre las víctimas, muchos son cristianos asesinados in odium fidei (odio a la fe). Son mártires”.

Junto a la matanza de cristianos, ISIS-RDC se da a la destrucción de iglesias, lo que además del simbolismo, elimina refugios seguros para todos los desplazados que han perdido sus hogares.

Se estima que en lo que va de este mes, el grupo islamista radical ha asesinado a cerca de 150 personas, muchas de las cuales fueron primero secuestradas y, más tarde, decapitadas. Y no sólo en Kivu Norte, ya que también se han encontrado cuerpos en aldeas y comunidades cercanas.

Pero la persecución religiosa no es la única causante de la crisis de violencia. La presencia de minerales valiosos ha atraído a mineras y empresas tanto nacionales como internacionales. Los ricos yacimientos de cobalto y coltán –indispensables para la producción de dispositivos electrónicos– han sido denominados como “la maldición del Congo”.

Se calcula que el país concentra alrededor del 80% de los depósitos mundiales. En su extracción y comercialización participan varios grupos armados, que controlan la mayoría de las minas. Miles de congoleños son forzados a trabajar largas jornadas en condiciones inseguras, y ni siquiera los niños o ancianos pueden eludir las condiciones de semiesclavitud, presentes en el 97% de los yacimientos.

Pero no sólo los grupos armados participan en la extracción de minerales. Las empresas Apple, Google, Dell, Microsoft y Tesla han sido señaladas de apoyar el trabajo infantil en esta labor, y hace dos años fueron acusadas de “beneficiarse a sabiendas, ayudar e instigar el uso cruel y brutal de niños pequeños en la República Democrática del Congo para extraer cobalto”, de acuerdo con información de ABC News.

Sin embargo, en marzo de este año un tribunal estadounidense absolvió a las cinco compañías. A decir de los jueces, sólo existe una “transacción ordinaria entre un comprador y un vendedor”.

El caso data de diciembre de 2022, y fueron cuatro exmineros y los representantes legales de algunos de los niños forzados al trabajo en las minas, los encargados de exponer la situación de las personas forzadas a las labores pesadas.

Tras emitir su decisión, el jurado también rechazó una solicitud de apelación de los exmineros y representantes legales de los menores, entre los que se cuentan algunos pequeños fallecidos y otros heridos durante su trabajo.

Por estos motivos, en redes sociales ha surgido una campaña para concientizar sobre la crisis en la República Democrática del Congo.

Con el hashtag #AllEyesOnCongo (Todos los ojos puestos en El Congo), se han difundido videos y testimonios, así como formas de ayudar a fundaciones y organizaciones humanitarias en el país.

Si bien el tema ha estado vigente los últimos años, fue en las últimas semanas que el hashtag y la tendencia comenzaron a posicionarse, en vista del apoyo que ha recibido el caso de Gaza, aunque no ha alcanzado la viralidad esperada.

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