El jefe de una unidad de élite de las Fuerzas Armadas de Bolivia fue detenido por la policía, acusado de ordenar el despliegue de 19 francotiradores para apoyar el fallido golpe militar del 26 de junio, informó este martes el gobierno.
El lunes “se ha realizado la aprehensión del comandante de (la unidad de élite) F-10, dando cumplimiento al requerimiento fiscal”, dijo en rueda de prensa Roberto Ríos, viceministro de Seguridad del Ministerio de Gobierno (Interior).
La Fiscalía afirmó que el detenido es el mayor Vladimir Lupa Salamanca, que se suma a otros 21 aprehendidos, entre militares activos, en retiro y civiles, por el intento de golpe.
El líder de la sublevación, el exjefe el ejército Juan José Zúñiga, y los antiguos comandantes de la Fuerza Aérea y de la Armada (Marina) fueron encarcelados.
Ríos explicó que las primeras investigaciones señalan a Lupa como el encargado de ordenar el desplazamiento de 19 francotiradores de la unidad F-10 desde el departamento de Cochabamba (centro) a La Paz “para perpetrar y consolidar lo que era un golpe de Estado militar”.
Según el viceministro, de los 19 militares solo cinco llegaron a La Paz.
El gobierno asegura que 14 civiles que trataron de repeler el intento de golpe resultaron heridos por balines disparados por militares.
La plaza de armas, donde se encuentra la sede del Gobierno, fue tomada por militares por varias horas. Zúñiga arguyó que era para recuperar la democracia, mientras el gobierno habló de un intento de golpe de Estado.
La oposición y el expresidente Evo Morales, antiguo aliado de Arce, han puesto en tela de juicio la versión oficial y hablan de “un autogolpe” para mejorar la imagen del presidente.
La comunidad internacional condenó el levantamiento militar, mientras el presidente argentino, el ultraliberal Javier Milei, calificó lo ocurrido como un “fraude montado”.
Las opiniones del jefe de la Casa Rosada motivaron que La Paz llamara a consultas a su embajador en Buenos Aires y convocara al jefe de la diplomacia argentina en Bolivia. MAAZ