Desde París, un canal de televisión ofrece un respiro a los hogares afganos
En un minúsculo estudio de televisión de París, dos mujeres afganas sin velo se ponen ante una cámara con la misión de proporcionar un salvavidas a sus compatriotas que viven en el Afganistán de los talibanes
En un minúsculo estudio de televisión de París, dos mujeres afganas sin velo se ponen ante una cámara con la misión de proporcionar un salvavidas a sus compatriotas que viven en el Afganistán de los talibanes.
“Esta noche hablaremos de las diferentes formas de violencia contra las mujeres”, dice Diba Akbari, de 25 años, delante de una pantalla de color verde.
Este nuevo canal de televisión por satélite, llamado Begum TV, emite desde Francia programas educativos y ofrece un respiro a las mujeres atrapadas en casa en Afganistán.
“Casan a una mujer y la arrinconan. La reducen a las tareas domésticas y su único objetivo en la vida es engendrar hijos”, explica Akbari. “Impedir que continúen sus estudios y su formación es violencia”, agrega.
Desde su regreso al poder en Afganistán en 2021, los talibanes restringieron el acceso de las mujeres a la educación.
Las adolescentes y las mujeres tienen prohibido ir a escuelas y universidades, y miles han perdido sus puestos de trabajo en el gobierno o se les paga para quedarse en casa.
Su estricta interpretación de la ley islámica impone a todas las mujeres llevar velo y las excluye en gran medida de la vida pública.
Para ayudarlas a continuar su educación, la empresaria afgano-suiza Hamida Aman fundó el canal de televisión en París.
“El objetivo es llevar la escuela y el conocimiento a los hogares”, explica esta mujer de brillantes ojos verdes, profundamente serios.
Esto incluye “información, pero también un poco de felicidad y entretenimiento como bálsamo para las heridas de las mujeres”, agrega.
“Entrar en los hogares”
En la sede parisina de la oenegé Organización Begum para las Mujeres, Aman bromea con su decena de empleados, en su mayoría mujeres, que trabajan tras las cámaras.
Ramos de flores e incluso un termo de aromático té verde dan vida a la oficina, decorada con imágenes de niñas afganas ataviadas con burkas.
Durante gran parte del día, Begum TV emite clases de secundaria en dari y pastún.
También se han colgado más de 8.500 videos sobre el plan de estudios nacional en un sitio web, disponible gratuitamente.
Pero por la noche, el canal emite tres horas de entretenimiento en horario de máxima audiencia.
Entre ellos, hay dos programas de entrevistas clave: uno que responde a preguntas habituales sobre salud, llamado “Matab” (“clínica” en dari) y otro sobre salud mental (“Tabassum”, sonrisa).
Emitir desde el extranjero significa que “no hay tabúes”, apunta Aman.
Naciones Unidas acusó a las autoridades talibanes de crear un “apartheid” de género: prohibieron el acceso de las mujeres a parques y salas de deporte, y cerraron incluso salones de belleza.
Pero más del 80% de la población ve la televisión diariamente, según un estudio de BBC Media Action de 2023.
“Es una forma de entrar en los hogares”, asegura Aman, quien espera que el canal proporcione a las mujeres un “respiro”.
Uno de los programas es una telenovela india inspirada en la vida de la gobernante del siglo XIII Razia Sultan.
Es la historia “de una mujer que se convierte en reina en lugar de sus hermanos”, explica, con una sonrisa pícara.
“Ayudar a mis hermanas”
El canal también dio un nuevo sentido a la vida de los jóvenes periodistas afganos en el exilio.
Akbari, una de las dos presentadoras de “Tabassum”, cuenta que vivió bajo el régimen talibán durante más de un año, antes de huir a Francia en 2022.
Hoy dice sentirse “increíblemente afortunada” de trabajar.
“Las mujeres afganas han sido despojadas de todos sus derechos (...) Quise unirme a Begum TV para ayudar a mis hermanas”, asegura.
“Cuando llego y veo a mis colegas y me centro en mi trabajo, siento que empiezo a revivir”, agrega.
Su copresentadora es Marina Golbahari, actriz que protagonizó en 2003 el largometraje “Osama”, galardonado con un Globo de Oro.
La mujer explica que le costó encontrar un buen trabajo como actriz tras llegar a Francia hace ocho años y que siempre quiso ser presentadora.
“Esta es la mejor manera que tengo de ayudar a las mujeres afganas”, dice sobre el programa que trata de aconsejar cómo enfrentarse a las nuevas normas.
“Intentamos darles confianza”, subraya.
Aman, que lleva dos décadas trabajando en proyectos de medios en Afganistán, afirma que a veces es difícil ser optimista con todas las “absurdas restricciones” para las mujeres.
“Pero cada vez que vuelvo, veo a todas estas niñas de la misma edad que mis hijos a las que se priva de educación y recuerdo por qué estoy luchando”, apunta. MAAZ