De Paseo | Cintra, la ciudad de los palacios

15 de Enero de 2025

De Paseo | Cintra, la ciudad de los palacios

Cintra

Se cree que la forma más antigua del nombre, Suntra, significa “sol luminoso”, pero también se piensa que es un término lusitano o celta que evoca las palabras “montaña” o “lugar elevado”

“Todo en Cintra es divino, no hay esquina que no sea un poema” (José Maria Eça de Queirós, escritor portugués, 1845-1900).

Se cree que la forma más antigua del nombre, Suntra, hace referencia a la frase “sol luminoso”. También se piensa que es un término de origen lusitano o celta que significaba “montaña” o “lugar elevado”. Al respecto, el geógrafo e historiador hispanomusulmán Albacri la describió en el siglo XI como “ sumergida permanentemente en una niebla que no se disipa”.

Esta ciudad tiene una belleza enigmática que ha cautivado la imaginación de escritores y artistas por siglos. Su clima templado y su cercanía con Lisboa, a tan sólo 30 kilómetros, la convirtió en el refugio favorito de reyes y aristócratas en los calurosos veranos lisboetas.

Cintra fue colonizada por fenicios, romanos, almorávides y normandos. En 1147 fue reconquistada por el rey Alfonso I de Portugal. En los siglos XIV y XV se construyeron palacios, monasterios y conventos, pero con el tiempo fue cayendo en el olvido.

No fue sino hasta el terremoto de 1755 cuando la ciudad recuperó interés, pues el siniestro afectó duramente a Lisboa. Así, en el siglo XIX, el rey consorte Fernando II adquirió un viejo convento y levantó el exuberante palacio de Pena, lo que le dio más fama a la ciudad.

Aunque toda la ciudad es increíble, la visita a Cintra no puede estar completa si no acudes a la Casa Piriquita, que es una pastelería que se encuentra cruzando la calle del Palacio Nacional. Este local lleva vendiendo travesseiros (pan de dulce elaborado con pasta milhojas y crema de almendra) y queijadas (tartas de queso fresco) desde 1862. Sólo hay que tener paciencia, pues se ha convertido en un sitio turístico también.

De regreso a Lisboa el paseo puede incluir Cabo de la Roca, que es el punto más occidental de Europa. Los romanos lo llamaban Promontorium magnum. El poeta Luis de Camões la definió como el lugar “donde la tierra acaba y el mar comienza”. El monumento que identifica al Cabo se encuentra sobre un acantilado en el océano Atlántico.

Cuando cae la neblina este sitio es mágico. Se puede caminar alrededor del faro por los senderos de tierra y ver el océano desde los miradores. Cintra es un lugar sorprendente, rodeado de bosques y niebla. Estos son los lugares que no te puedes perder.

Palacio Nacional

Este sobrio edificio de color blanco y teja roja tiene un par de chimeneas cónicas que lo hacen muy característico. Comenzó a construirse en 1489 y tiene arquitectura gótica, manuelina, renacentista y romántica. El palacio tiene salas con historias que muestran la importancia que tenía para la familia real. Por ejemplo, la sala de las urracas tiene en el artesonado dibujadas 136 aves que representan a las doncellas de la corte que hablaban de las infidencias del rey Joao I.

Otras salas importantes son la de los escudos de armas de las familias nobles; la de los cisnes, igualmente decorada con estas avesn y las capillas reales. Un lugar interesante es la cocina, que es de donde surgen las chimeneas, y se encuentra en uno de los lugares más frescos del palacio.

Palacio de Pena

Su historia se remonta al siglo XV cuando se estableció un monasterio jerónimo en la cima de la colina. El terremoto de 1755 dejó el convento en ruinas. En 1838 el rey consorte, Fernando II de Sajonia, visitó el área y quedó maravillado. Decidió comprar los terrenos del monasterio y las tierras cercanas; pidió algunas reparaciones, pero terminó construyendo un exótico palacio de colores rosa y amarillo, combinando torres medievales con estilos neogótico, neoislámico y neorrenacentista. El Palacio de Pena tiene muchos lugares sorprendentes, como la puerta de entrada, accesible tras cruzar un puente de piedra. Por ello, no dejes de visitar el dormitorio del último rey portugués, Manuel II, y el salón árabe.

Castillo de Cintra

También conocido como Castillo de los Moros, al ser construido en el siglo VIII durante el dominio musulmán. Su objetivo fue controlar las vías terrestres entre Lisboa y Mafra. El rey Fernando II se encargó de la rehabilitación de las murallas mientras hacía el Palacio de Pena. Su acceso es por un camino sinuoso que atraviesa la sierra desde Pena. En la cima se tienen las mejores vistas de Cintra y de la costa.

NM