Comicios desvelan “muros” que separan comunidades 

23 de Agosto de 2024

Comicios desvelan “muros” que separan comunidades

muros

Los resultados de las recientes elecciones pusieron en evidencia las diferencias sociales, económicas, culturales y sobre todo políticas, entre núcleos de población divididos sólo por una avenida

En apariencia, lo que los divide es una simple avenida que no mide más de 25 o 30 metros de ancho. Pero sobre el camellón de la avenida Escuela Naval Militar, en la alcaldía Coyoacán, se levanta un muro invisible, una barrera que separa a dos poblaciones con distintos estilos de vida, diferentes necesidades, costumbres, festividades, servicios públicos, formas de ver la vida y, marcadamente, preferencias electorales.

En Escuela Naval Militar, en circulación de sur a norte entre la avenida Santa Ana y Río Churubusco, hay una distancia de 2.3 kilómetros; del lado izquierdo están las colonias Ex-Ejido de San Francisco Culhuacán, Educación, Paseos de Taxqueña y Campestre Churubusco. En todo ese perímetro, el voto en favor de Xóchitl Gálvez fue de 75%, en promedio.

De ese lado de la avenida no hay comercios; el espacio en las banquetas está ocupado por jardineras, cocheras y enormes portones, la mayoría automatizados para el ingreso de vehículos. De ese lado no se ve ambulantaje y quienes caminan por las calles son principalmente jardineros o cuidadores de perros.

En contraste, a la derecha de la arteria se localizan las colonias Culhuacán CTM, San Francisco Culhuacán, Los Reyes Culhuacán y Magdalena Culhuacán, territorios donde el sufragio por Claudia Sheinbaum en la elección presidencial llegó a superar 79 por ciento.

De este lado de la avenida, los garages se esfuman y en su lugar aparecen tiendas de abarrotes, fondas, pollerías, tintorerías, vulcanizadoras y lavanderías. Sobre la banqueta hay puestos ambulantes con tacos de canasta, quesadillas y golosinas. Mientras que en la banqueta de enfrente se prohíbe que los autos se estacionen, acá podemos ver incluso tráileres, pipas, camiones de volteo y montículos de cascajo.

Son dos microcosmos en un mismo territorio. Dos preferencias políticas que les impiden convivir. Basta con dar 30 pasos para estar del otro lado, pero ni unos ni otros pueden, o no quieren, o no lo necesitan.

Los vecinos de ambos territorios se ven de reojo. El muro que los divide no es de metal, ni de madera ni de cemento; la muralla está hecha de recelo y desconfianza, por los contrastes entre las clases sociales y el nivel de vida de cada lado. Y así como este ejemplo de Coyoacán, hay cientos de casos similares; son fronteras apenas perceptibles, por algunas de las cuales caminó ejecentral.

Un país de contrastes

El pasado 3 de junio, un día después de las elecciones presidenciales, el portal del diario español El País publicó un mapa de México coloreado con diversos tonos en función del porcentaje de votación que obtuvieron los candidatos presidenciales.

El gráfico permite apreciar las preferencias electorales y la intensidad del apoyo a cada aspirante, no en grandes extensiones de territorio, como puede ser una alcaldía, un municipio o un distrito, sino colonia por colonia. Este nivel de detalle facilita al espectador la detección de los bastiones de cada alianza o partido en cada cuadra.

Por ejemplo, la avenida Pedro Henríquez Ureña forma parte del Eje 10 Sur, mide tres kilómetros y une Ciudad Universitaria a la altura de Copilco con avenida Aztecas. Del lado norte de la vialidad están colonias como Romero de Terreros, Pedregal de Coyoacán, El Rosedal, el Centro de Coyoacán, Santa Catarina y Chimalistac. En esa zona ganó Xóchitl Gálvez, con votaciones de hasta 89% en algunas secciones.

Pero al sur de la misma avenida hay otro universo. Están las colonias Santo Domingo, Candelaria, Ajusco, Los Reyes y San Pablo Tepetlapa. En ese perímetro, el triunfo de Sheinbaum fue arrollador, con secciones que le dieron hasta 78 por ciento.

Otro enorme muro invisible se levanta en avenida Río San Joaquín, en la alcaldía Miguel Hidalgo, que recorre una distancia de 4.5 kilómetros, del centro comercial Toreo Parque Central hasta la calzada Mariano Escobedo. Al norte de la vía están las colonias Argentina, Los Manzanos, Granda y Anáhuac, donde la población se volcó por la alianza Morena-Verde-PT, con secciones que le dieron hasta 75% de sus votos.

A unos pasos de distancia, del lado sur de Río San Joaquín, están las colonias Lomas de Sotelo, las cinco secciones de Polanco, Rincón del Bosque y Chapultepec Morales. Aquí hay secciones donde la alianza PAN-PRI-PRD tuvo hasta 89% de las preferencias.

Las barreras socioeconómicas y electorales también se reflejan en los municipios conurbados del Estado de México. La Calzada de las Armas es una avenida que mide 6.5 kilómetros y sirve de frontera entre Naucalpan, Estado de México, y Azcapotzalco, en la capital del país, en el tramo que va del Rosario a la colonia Alce Blanco.

Al poniente están Ciudad Satélite, Santa Cruz del Monte, Echegaray, Vista Hermosa y Jardines de la Florida, donde las votaciones por Xóchitl Gálvez promedian 85 por ciento.

Del lado oriente, ya en territorio de la Ciudad de México, están las colonias El Rosario, San Pedro Xalpa, Clavería, Tacuba, El Recreo, San Juan Tlihuaca, San Miguel Amantla y otras, en donde Sheinbaum arrasó con apoyos de hasta 75 por ciento.

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Dos Coyoacanes

En el cruce de la avenida Escuela Naval Militar y Paseo del Bosque, del lado de la colonia Paseos de Taxqueña, se halla un módulo de vigilancia policial; a las afueras de la caseta hay una mesa donde dos servidoras públicas de la Ciudad de México ofrecen información sobre los programas sociales o asisten a las personas para tramitar becas o pensiones. “Acá es la zona fifí y no nos dejan entrar para ofrecer los programas sociales”, comenta Fabiola, una de las promotoras, al referirse a la zona de Paseos (de Taxqueña), vecina de San Francisco Culhuacán.

“En cuanto nos ven tocando sus puertas, nos dicen: ‘¡Váyanse! Ustedes son de Morena, no queremos nada de ese partido’”, dice. Sólo en la sección 0545, que comprende las calles de Paseo Ahuehuetes, Paseo Álamos, Paseo Cedros, Paseo Capulines y Paseo de los Abetos, la votación por Gálvez fue de 79.3%, contra 16.3% de Sheinbaum.

Las trabajadoras del gobierno capitalino aseguran que, en contraste, en los barrios de Culhuacán, colindantes con Paseos de Taxqueña, la población es más receptiva cuando ofrecen programas de desazolve, poda de árboles, bacheo y reparación de banquetas; también se muestran interesados por las pensiones para adultos mayores, becas Para Empezar, ayuda a discapacitados y a madres solteras, entre otros apoyos.

“De lado de Culhuacán tienen un modo de vida más modesto y es más fácil que nos abran la puerta”, apunta Sandra, otra de las promotoras del gobierno de la ciudad. Agrega que, a diferencia de la zona de Paseos de Taxqueña, en los ocho barrios (Culhuacán, Los Reyes, San Antonio, Magdalena, San Francisco, San Simón, San Andrés y Santa María) tienen fiestas patronales, bailes sonideros, procesiones con chinelos, ferias y castillos de pirotecnia.

“Allá (Paseos de Taxqueña) me parece que ni iglesias tienen, en cambio acá hay una en cada barrio; los vecinos se conocen entre sí y hay más sentido de comunidad”, dice sobre el perímetro en donde en varias secciones electorales Sheinbaum tuvo obtuvo hasta 78% de los sufragios, contra 12% de los obtenidos por Gálvez.

“De aquel lado están los patrones y acá está la plebe, la clase chambeadora”, afirma Epifanio Soto, un jardinero que vive en el barrio de Magdalena, pero que acude a las casas de Paseos de Taxqueña para trabajar.

“Allá se enojan cuando les decimos que votamos por Morena, dicen que es un partido de rateros. Ellos querían que yo votará por Xóchitl; yo sólo les daba el ‘avión’. Pero es normal: allá hay billete y acá es el barrio”, platica Soto, mientras se sienta a las afueras de una vulcanizadora en tanto le arreglan una llanta a su auto.

Sobre la calle Paseo de la Hacienda, muy cerca de Escuela Naval Militar, se encuentra estacionada una camioneta con una enorme manta que dice “compro usado” y una lista de artículos que incluye muebles, electrónica, ropa, calzado, bisutería y juguetes. El vehículo es atendido por Guillermo Gómez, un hombre que desde hace 15 años circula por ambos lados del muro invisible.

“Algunos me llegaron a decir: ‘Si votas por Morena, no te vendo nada’. Hasta querían que les mostrara una foto de mi boleta”, relata Guillermo, sobre las reacciones que hubo entre sus clientes de Paseos de Taxqueña después de los comicios.

“Son gente muy preparada, eso no se los niego, pero me disgustaba que me dijeran que no me conviene votar por Morena; el voto es libre y secreto, ¿o no? Pero yo la verdad no me meto en problemas. Cuando algún cliente me dice. ‘¿Cómo ves? Perdimos’, yo les doy por su lado y les digo: ‘Sí, caray. Ya será para la próxima’”, señala.

Fronteras infranqueables

El material publicado por El País muestra un México lleno de contrastes y polarización. En Nuevo León, por ejemplo, uno de los dos estados gobernados por Movimiento Ciudadano, la mayoría de secciones se inclinó por Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

“Sólo dos secciones le dieron a Jorge Álvarez Máynez una clara victoria en las urnas. En San Pedro Garza García, el municipio con el ingreso medio más alto del país, la candidata opositora se impuso en la mayoría de secciones con hasta el 90% de los votos”, refiere el medio madrileño.

En Guadalajara, la segunda ciudad más poblada del país, se percibe una brecha este-oeste en la zona metropolitana. Zapopan y Tlajomulco se decantaron por Xóchitl Gálvez, mientras que en el resto de las secciones predominó el equilibrio entre las dos candidatas.

En Ciudad de México, las zonas con mayor poder adquisitivo, como las alcaldías Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc, se pintaron de rosa intenso. Aquí Gálvez ganó y la oposición obtuvo buenos resultados. Sin embargo, en las demarcaciones con mayor población y con más rezago social, como Iztapalapa y Gustavo A. Madero, destacó Morena.

En Tlalpan, la alcaldía que gobernó Sheinbaum antes de ser Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, el partido guinda obtuvo 50% de los sufragios, reseña el diario español.

Uno de los muros invisibles más marcados en la Ciudad de México se ubica en los límites entre Tlalpan y Xochimilco. Del lado de colonias como Granjas Coapa, Arboledas del Sur, Ejido de Santa Úrsula Coapa y Narciso Mendoza, el voto fue marcadamente favorable a Gálvez, con secciones que le otorgaron hasta el 81% de los apoyos.

En contraparte, cruzando el Anillo Periférico, a menos de 50 metros de distancia, aparece un bloque que dio todo su apoyo a Morena. Se trata de las colonias San Lorenzo la Cebada, Barrio 18, Anáhuac y Ampliación San Marcos, con registros de hasta 78% en favor de Sheinbaum.

Al caminar por Granjas Coapa se puede apreciar que son zonas residenciales que no permiten el acceso a cualquier persona. En las entradas hay vigilantes apostados en casetas que levantan las plumas sólo cuando el residente se identifica.

Sobre la lateral del Periférico, donde antiguamente había accesos para vehículos, hoy se pueden ver estructuras enrejadas, sobre las cuales han sido colocados alambres de púas.

Al preguntar desde cuándo los vecinos decidieron amurallar la colonia, uno de los vigilantes asegura que los enrejados tienen al menos 10 años. Sobre la relación que tiene la población atrincherada con los vecinos que viven al otro lado del Periférico, el uniformado revela que ni siquiera sabía que existían: “No sabía que había colonias, yo pensaba que eran ejidos o chinampas”, señala.

El paisaje resulta diametralmente opuesto en San Lorenzo la Cebada, una colonia donde abundan los mototaxis, las tiendas de abarrotes, locales para colocación de uñas de gelish, fondas, papelerías con servicio de Internet, carnicerías y tortillerías.

“Acá es muy común que cierren calles y hagan fiestas que duran hasta dos días; en cambio allá son muy antisociales”, compara Carlos Moreno, un motociclista que trabaja con la aplicación Didi Food y que se mueve entre ambos mundos.

“Yo digo que es lo mismo de los dos lados”, expresa Daniel Calderón, conductor de un camión repartidor de Pepsi, a quien le toca lidiar con vecinos de aquí y de allá. “La gente se queja igual, a todos les molesta que me estacione en las tiendas y que obstruya las calles. Todos se sienten dueños y todos gritan; es el mismo maltrato y la misma violencia”, opina el chofer, uno de los pocos personajes que encontró un punto en común entre ambos lados de este muro invisible.