Chichén Itzá, uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos de la civilización maya en la península de Yucatán, ha revelado nuevos detalles sobre los antiguos rituales de sacrificio gracias al análisis de ADN antiguo.
Un estudio reciente, publicado en la revista Nature, revela que entre los restos encontrados en Chichén Itzá, datados entre el 600 y el 1100 d.C., se encontraron 64 niños sacrificados, todos varones y de entre 3 y 6 años de edad. Sorprendentemente, el análisis también reveló la presencia de dos pares de gemelos idénticos, lo que sugiere un homenaje particular a los Gemelos Héroes de la mitología maya.
Los sacrificios en Chichén Itzá eran parte integral de la cultura maya, con rituales realizados en el célebre Cenote Sagrado y otros sitios ceremoniales como el templo de Kukulcán, conocido como ‘El Castillo’. Estos rituales no solo eran ofrendas religiosas, sino también actos de reconocimiento y reverencia hacia figuras mitológicas como los Gemelos Guerreros.
El análisis genético también reveló que muchos de los niños sacrificados estaban relacionados entre sí, incluso con la presencia de parentescos de primer y segundo grado. Esto sugiere que algunos niños fueron seleccionados desde una edad temprana y criados específicamente para estos rituales ceremoniales.
Además, el estudio exploró el impacto de las epidemias en las poblaciones indígenas. Comparando el ADN de los niños sacrificados con poblaciones modernas, los investigadores encontraron una sorprendente continuidad genética en la región. También identificaron adaptaciones genéticas relacionadas con la dieta y la resistencia a enfermedades infecciosas introducidas durante la época colonial, como la Salmonella. DJ