Bebederos inoperantes

3 de Julio de 2024

Bebederos inoperantes

Bebederos

De 420 dispensadores de agua instalados en la red del Metro, 220 son analizados, 100 más serán reparados, y sólo 100 de ellos están en servicio

Imagina que vas en el Metro a hora pico y que el aire acondicionado no sirve. El tren se detiene en el túnel, como suele ocurrir, y la botella que llevaste al trabajo está vacía. El calor es insoportable y tienes mucha sed. Al salir del vagón, aprovechas el transbordo para buscar agua.

Los locatarios del Metro ya cerraron y recuerdas los bebederos. Cada estación tiene al menos uno. Caminas hacia los torniquetes y, al llegar, descubres que es imposible obtener agua: el dispensador no tiene botón y está sucio.

La realidad no dista mucho de este escenario. Los bebederos del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) podrían calmar la sed de millones de habitantes que transitan a diario, pero 70% de ellos está averiado o en abandono desde la pandemia de Covid-19.

De los 420 dispensadores de agua que están dispersos en la red, 220 están bajo análisis para determinar su estatus, 100 están en reparación desde el año pasado y sólo 100 dan servicio, según información proporcionada a La-Lista por la unidad de Comunicación Social del Metro.

Aunque los bebederos estaban destinados a garantizar el acceso gratuito al agua potable, después de la pandemia muchos quedaron inutilizados y se convirtieron en contenedores de basura.

Algunos dispensadores tienen restos de comida, residuos de refresco o diversos líquidos. Curiosamente, en algunos se acumulan botellas de plástico vacías, como si fueran una ofrenda de quienes intentaron usarlos. El espectáculo varía dependiendo de la zona.

Sed sin alivio

A pesar de que la mayoría de los usuarios sabe que los bebederos ya no funcionan, jóvenes como Gabriel, quien prefirió no dar su apellido, persisten en intentar usarlos para ahorrarse unos pesos. El estudiante de 20 años llegó con sus amigos a la estación Normal de la Línea 2 con la intención de rellenar su termo, pero se encontró con un dispensador que ni siquiera tenía agua.

“Honestamente era la primera vez que lo iba a usar, pero no sirve. Me han contado mis amigos que luego se rellenan. Me decepcionó. La verdad nos ayudaría a ahorrar a nosotros como estudiantes”, cuenta.

David Chacón, migrante venezolano de 35 años que llegó a la Ciudad de México hace semana y media, se encontró con una situación similar: confundió el bebedero con un bote de basura.

“Acabo de ver uno, pero había basura encima. Lo vi como si fuera un bote, más bien. Para nosotros los migrantes sería importante que funcionaran, pues siempre necesitamos tener agua”, dice.

Bebederos inoperantes

Bebedero por bebedero

La-Lista realizó un recorrido por la Línea 2 del Metro, que va de Tasqueña a Cuatro Caminos, para comprobar si las estadísticas generales se reflejaban en la ruta más transitada del sistema.

Según los registros oficiales, la Línea 2 cuenta con 52 dispensadores de agua, la mayor cantidad de toda la red del Metro, pero también registra la mayor afluencia de usuarios, con más de 46 millones de personas en tránsito durante el primer trimestre del año.

La-Lista descubrió que el porcentaje de bebederos abandonados aumentó drásticamente, pasando de 70 a 96% en comparación con el total de la red. Además, en al menos nueve estaciones se encontraron uno o más dispensadores con basura.

Alberta Alvinez, de 81 años, utiliza esta línea de manera recurrente. El 18 de junio, mientras viajaba con su nieto, intentó usar el bebedero para enjuagarse las manos y tomar agua.

“Veníamos agarrándonos de los tubos y quería enjuagar mis manos, también tomar una poquita de agua, pero no tienen”, dice. Hace unos seis meses, el dispensador de la misma zona sí le permitió llenar una botella, pero ahora no sale nada. Está seco.

Alberta confía en la seguridad del agua de los bebederos, ya que nunca ha enfermado por beberla. Pero su experiencia no refleja la de la mayoría de los usuarios del Metro.

Para Ricardo Rojas, el sabor del agua de los dispensadores cambia según la estación: “Hay de bebederos a bebederos. Por ejemplo, La Raza tiene buena agua. Y he probado en Chabacano, pero no me gustó, luego, luego se siente un sabor muy como agrio”, detalla.

Durante el recorrido por las 24 estaciones que integran la Línea 2, La-Lista encontró que el agua de uno de los bebederos en funcionamiento no cumplía con la norma; no era insípida, sino que tenía sabor a tierra. En otros dos dispensadores, la presión era tan baja que habría obligado a los usuarios a colocar sus labios directamente en la boquilla para usarlo.

Erario que se escurre

Jorge Gaviño Ambriz, exdirector del STC, inauguró los primeros dos bebederos en 2015 y prometió que cada dispensador costaría alrededor de 30 mil pesos, de modo que la inversión total sería de 12 millones de pesos.

Pero la proyección se quedó corta y se invirtió el doble del presupuesto previsto. Una solicitud de información, interpuesta por un ciudadano en la Plataforma Nacional de Transparencia, reveló que la red de dispensadores costó 24 millones 182 mil 433 pesos, y que cada uno superó 57 mil pesos.

Además, la pandemia por Covid-19 obligó a la suspensión del servicio en 2020, pero el nuevo director general del STC, Guillermo Calderón Aguilera, anunció la reactivación en junio de 2023, como parte de las acciones para mitigar el calor.

Hasta la fecha, el proceso continúa sin que en ningún bebedero se aclare si ya fue reactivado o no. Los usuarios deben adivinar, por su apariencia, cuáles están en funcionamiento.

Gaviño Ambriz reveló que cada dispensador contaba con un ozonificador, además de tres filtros compuestos de arena sílica, carbón activado y luz ultravioleta con los que se garantizaba su potabilidad, pero se desconoce cuándo fue la última vez que el Metro dio mantenimiento a los bebederos y renovó sus purificadores.

Aunque su funcionamiento es simple, sólo basta con oprimir un botón, a los dispensadores les falta lo más básico: agua, e incluso los propios botones. Y hoy forman parte del paisaje inoperante del STC.

NM

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