En los últimos años, el muro divisorio entre México y Estados Unidos ha crecido tanto en longitud como en altura, y ni siquiera la costa se ha salvado de esta edificación. En este sentido, un estudio de UC San Diego publicado el jueves en el Journal of the American Medical Association señaló que el número de migrantes que se han ahogado en el Océano Pacífico se ha incrementado tras la extensión de dicho muro en San Diego.
La investigación usó datos de ahogamientos de 2020 a 2023, momento en que el gobierno estadounidense reemplazó la anterior cerca por una de mayor extensión y altura. En ese lapso se contabilizaron 33 muertes por ahogamiento, mientras que en los cuatro años anteriores, solo se reportó un deceso por la misma causa.
El número de heridos por caídas del muro en zonas terrestres también aumentó. De 2019 al año pasado, la cifra creció de 42 a 440.
“En general, las cifras me sorprendieron porque fueron más altas de lo que esperaba. Y creo que lo que más me sorprendió fue cuánto han aumentado en el océano en cuatro años”, dijo Anna Lussier, estudiante de doctorado en la Facultad de Medicina de UC San Diego, y coautora del último estudio.
Es de destacar el caso de Río Grande en Texas, donde no se cuenta con una infraestructura similar, y en donde el número de ahogamientos se ha mantenido estable en los últimos años.
El reemplazo de la valla divisoria comenzó en la administración del presidente Donald Trump, y ha sido continuada por el actual mandatario Joe Biden.
En las zonas costeras, el muro consta de secciones de hasta nueve metros de altura con una cubierta antiescalada en la parte superior.
Aunado a los ahogamientos y lesiones, también se ha detectado mayor contrabando marítimo en esta zona, y según datos de la Patrulla Fronteriza, hubo al menos 736 eventos relacionados con el contrabando en dicho espacio.