Hay muchos que piensan que entre los dirigentes de los partidos que conforman el Frente Amplio por México hay de todo, menos dignidad. Y es que en el 2009, el PAN obtuvo más votos que el pasado 2 de junio, pero Germán Martínez Cázares renunció porque los resultados no fueron los esperados. En el 2000, Dulce María Sauri renunció al PRI, por la derrota sufrida ante el PAN, aunque el entonces presidente Ernesto Zedillo le pidió quedarse hasta el fin del sexenio.
Y ahora, Alejandro Moreno, del PRI, y Marko Cortés, del PAN, no sólo no piensan renunciar, sino que escurren el bulto al culpar a un “gran fraude” de su fracaso. Y Jesús Zambrano, del PRD, bueno, sólo reza por un milagro que salve su pellejo. Así las cosas.