Que a nadie le parezca extraño que el partido que más impugnaciones presente en torno a los comicios del pasado 2 de junio sea el PRD, pues su sobreviviencia depende de que, en un eventual recuento parcial, se le adjudiquen votos adicionales a los que le dio el cómputo oficial.
El otrora gran partido de izquierda, el que empujó la transición a la democracia, se encuentra en terapia intensiva, pues en ninguna de las elecciones del ámbito federal alcanzó el 3% que se requiere, como mínimo, para conservar el registro.
En poco tiempo se sabrá si el sol azteca logra en los tribunales el oxígeno que necesita, o si quienes lo controlan se deben preparar para recibir el acta de defunción. Pendientes.