Al haber desaparecido el partido a nivel nacional, perdió su derecho a integrar bancada propia en el Senado, así que Morena y el PVEM aprovecharon la oportunidad, operaron y “de inmediato”, convencieron a los dos perredistas que ganaron un escaño: Araceli Saucedo y José Sabino Herrera, este último paisano y amigo de Adán Augusto López, de integrarse a la bancada mayoritaria en la cámara alta. En las negociaciones, dicen algunos, fue clave Manuel Velasco.
Corre la versión de a raíz de este cambio en los números, el panista Marko Cortés está que truena y echa humo. El michoacano, ingenuo como siempre, es el más enojado con este caso de “chapulineo”, y como no tiene para dónde hacerse, ha decidido descargar su ira contra de Jesús Zambrano ,el dirigente del partido en liquidación, el del Sol Azteca, por no lo que considera una transgresión a la alianza electoral.
La política es así: Araceli Saucedo y Sabino Herrera tendrán más prerrogativas y estarán en más comisiones por pertenecer a la bancada más grande. Quien no haya previsto lo que venía, como el dirigente panista, es mucho más que neófito. Ahora la 4T ya está buscando al tercer senador, el que le falta para conseguir la mayoría calificada en el Senado, y los rumores señalan que cabildea y lo busca entre los priístas.