Desde el comienzo de la invasión rusa, hace ya más de un mes, la ciudad de Mariúpol ha sido uno de los puntos más atacados por los rusos, lo que ha dificultado la evacuación completa. “La situación va más allá de la catástrofe humanitaria, porque desde hace más de treinta días la gente no tiene calefacción, agua, ni nada”, declaró a AFP Vadim Boichenko, alcalde de la ciudad.
Se calcula que en Mariúpol 120 mil personas permanecen atrapadas en estas condiciones, ya que los corredores humanitarios no han alcanzado la ciudad. “Estamos coordinándonos con varios interlocutores para sacar a toda la población”, dijo Boichenko, quien está a caro de una ciudad con el 90% de su territorio destruído y cerca de cinco mil de los habitantes muertos.
El asedio ha alcanzado incluso a los trabajadores humanitarios del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que apenas este martes fueron liberados tras ser detenidos mientras intentaban evacuar a los residentes. El equipo, que fue detenido cerca de Mangush, situado a 20 kilómetros de Mariúpol, “se concentra ahora en seguir adelante con las operaciones de evacuación humanitaria” de esta localidad, dijo a medios un portavoz de la organización.
Al respecto, Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra ucraniana, acusó que pese a las promesas que ha hecho Rusia de retirarse de algunas zonas, las fuerzas de ocupación han cortado todas las entradas y salidas de Mariúpol, e informó que los trabajadores humanitarios fueron liberados después de varias negociaciones.
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