Tanto las autoridades como el expresidente Donald Trump resistieron lo más que pudieron. El FBI solicitó, a través de oficios, que se facilitaran los documentos en cuestión, pero el republicano se abstuvo de acceder. Esto derivó en el allanamiento de la mansión en Florida, cuya orden busco ser “guardada” por el Departamento de Justicia, hasta que un juez ordenó hacerla pública.
La dependencia no tuvo opción y difundió la orden editada con el argumento de proteger el debido proceso. Sin embargo, el expresidente, quien había pedido se compartiera el documento íntegro, acusó una persecución en su contra.
Hoy, a dos semanas del allanamiento, se publicó la orden, la cual estaba mayormente editada, incluso la justificación de 14 páginas. En las líneas legibles no se encontraron nuevos aportes al caso que se sigue en contra del expresidente.
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El texto, que no contiene revelaciones explosivas debido a la gran cantidad de pasajes editados, ofrece una idea sobre cómo Donald Trump mantuvo documentos potencialmente confidenciales en su casa de Mar-a-Lago, en Florida, y sobre la preocupación suscitada en las autoridades por su aparente imprudencia.
Los investigadores estaban particularmente inquietos por el mantenimiento en una habitación no segura de documentos potencialmente ultrasecretos, que incluso podrían poner en peligro a agentes estadounidenses de inteligencia encubiertos.
En el documento, se explica que el incautamiento de 15 cajas se debió a que contenían documentación que comprendía “archivos altamente confidenciales”. Se trata de 184 documentos clasificados, incluidos 25 considerados “de alto secreto”, y llevó a los investigadores a creer que “otros documentos que incluían información altamente secreta de defensa nacional” todavía estaban en Mar-a-Lago.
La versión no editada de la declaración jurada explicaría en detalle lo que el departamento está investigando en relación a Trump y posiblemente revelaría algunas fuentes.
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Pero el juez Bruce Reinhart aceptó los argumentos del departamento de Justicia de que había una necesidad “apremiante” de ocultar partes significativas del documento.
Reinhart había ordenado la publicación de la declaración jurada editada para el mediodía del viernes (16:00 GMT), y la anticipación febril en torno a su publicación hizo que el sitio web de la corte federal colapsara.
Recordemos que fue el pasado 8 de agosto cuando agentes del FBI allanaron la propiedad Mar-a-Lago de Trump en Palm Beach, Florida. Incautaron cajas que contenían una gran cantidad de documentos altamente clasificados que Trump no había devuelto al gobierno a pesar de múltiples solicitudes y una orden para hacerlo.
Las autoridades judiciales se opusieron a abrir el documento, diciendo que requeriría ediciones “tan extensas como para dejar el texto abierto restante desprovisto de contenido significativo”.
Pero el juez dijo que su liberación servía al interés público, ya que el caso involucra un allanamiento FBI sin precedentes de la casa de un expresidente.
La orden judicial para la redada citó tres estatutos penales, incluido uno que se rige por la Ley de Espionaje, que tipifica como delito obtener o retener ilegalmente información de seguridad nacional, y otro sobre la obstrucción de una investigación federal.
Trump acusa “cacería de brujas”
El expresidente Trump, que evalúa volver a presentarse como candidato presidencial en 2024, ha denunciado con vehemencia la redada del FBI.
“Estos matones políticos no tenían derecho bajo la Ley de Registros Presidenciales a asaltar Mar-a-Lago y robar todo lo que estuviera a la vista, incluidos pasaportes y documentos privilegiados”, dijo Trump en las redes sociales el viernes.
“Incluso irrumpieron en mi caja fuerte con un ladrón de cajas fuertes. ¿Pueden creerlo?”, escribió.
"¡En este momento estamos viviendo en un país sin ley, que resulta ser, también, una nación fallida!”
El expresidente presentó una demanda el lunes instando a un tribunal a nombrar a una parte independiente para revisar los archivos incautados en la redada del FBI en busca de materiales protegidos por privilegio personal.
Ello podría potencialmente bloquear el acceso de los investigadores a los documentos.
El expresidente no presentó su demanda ante el tribunal federal de Fort Lauderdale, Florida, que fue el que emitió la orden original, sino en el más distante Fort Pierce, cuyo único juez fue designado por él.
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