Durante 2021, segundo y más letal año de la pandemia de Covid-19, cobró fuerza en México un sistema de salud “paralelo” que ofreció servicios médicos ambulatorios equiparables al que brindan las principales instituciones del país.
Se trata de los domicilios particulares de los médicos y los consultorios adyacentes a farmacias (CAF), que, en conjunto, ofrecieron 43% de las consultas que se brindaron en el país ese año.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Emsanut) 2021, en el peor año de la pandemia por coronavirus, los domicilios particulares de los médicos (una categoría que se usa por primera vez en este tipo de estudios) ofrecieron al menos 25% de las consultas, superando el 24% del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Asimismo, los CAF brindaron 18% de los servicios ambulatorios, proporción superior al 17% de las clínicas de la Secretaría de Salud (SSA).
Llama la atención que en su más reciente edición la Ensanut se refiera a “domicilios particulares de los médicos” y no a “consultorios médicos privados”, como lo hacía en encuestas anteriores, lo que refleja que no necesariamente se trata de consultorios formalmente establecidos, sino que los médicos debieron acondicionar sus propias casas como consultorios.
“A este punto, ya es bastante claro que los CAF se han convertido en actores activos y en una opción real para la atención médica”, escribió en su cuenta de Twitter Xavier Tello, autor del libro La Tragedia del Desabasto y asesor de políticas de salud.
“Si los pacientes derechohabientes de las instituciones están acudiendo a los CAF, es porque les queda más cerca y los atienden mejor y más rápido que en sus clínicas. Tal vez es el momento de pensar en qué es mejor para el paciente y no qué es mejor para el sistema”, agregó.
Si bien al inicio los CAF no fueron tomados en serio (pues se les consideraba una estrategia mercadotécnica de las cadenas de farmacias para vender sus productos), lo cierto que es que cada vez más mexicanos acuden a sus instalaciones.
De acuerdo con estudios del Instituto Nacional de Salud Pública, lo que está pendiente de investigar es la calidad de la atención en estos establecimientos, que pasaron de alrededor de 3 mil en 2006 a cerca de 20 mil en la actualidad.
Según datos de la Ensanut de 2018-19, 86% de los usuarios opina que la atención en los CAF es buena o muy buena, calificación superior a la del IMSS (80%), del ISSSTE (81%) y los servicios de salud estatales (79%).
De igual forma, el índice de pacientes que usan los servicios y no regresan es más bajo en los CAF (10.3%) que el del IMSS (18.5%), del ISSSTE (19.7%) y de los servicios estatales (15.7%).
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