Carestía devora ingresos de los hogares

21 de Noviembre de 2024

Carestía devora ingresos de los hogares

Carestía

Aunque el precio de la canasta alimentaria tiene un valor calculado, se aprecia un grave deterioro en el país

El precio de la canasta alimentaria, que es el consumo mínimo de una persona por mes, aumentó un 11 % anual durante enero, mientras que la inflación fue de un 7.91 %.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que el precio por persona como gasto mínimo para cubrir las necesidades de alimentación pasó en un año de mil 930.4, a una de 2 mil 143.7 pesos para la canasta alimentaria en ciudades.

La rural aumentó de mil 481, a una de mil 644.2 pesos, dañando los ingresos de los que menos tienen.

Pero eso es solo hablando de los alimentos, ya que a este gasto tendríamos que sumar lo que cada persona debe destinar en su día a día, como gastos de transporte, médicos, servicios de energía, entre muchos otros que son fundamentales e inamovibles.

Aunque el precio de la canasta alimentaria tiene un precio promedio para todo el país, los números por entidades muestran mayor deterioro entre uno y otro de los estados, como es el caso de la Ciudad de México, Quintana Roo, Baja California Sur o Tlaxcala, que tienen tasas de pérdida de valor de los ingresos entre 17 y 27 % en los primeros dos años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, a lo que hay que adicionar el desgaste inflacionario de 2021 y 2022.

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Para ejemplificar sobre lo que dice el Coneval, en la Ciudad de México, de cada 100 pesos que se tenían en 2018, para 2020 se cayó a un valor de 73.2 pesos reales esos mismos 100 pesos.

Si se considera que la canasta alimentaria ha aumentado en general un 19.40 % en los dos últimos años, para la Ciudad de México sería un incremento de más del doble que el resto del país, situación que se repite con Quintana Roo que muestra una contracción similar en los ingresos reales.

El gobierno ha echado mano de estrategias para detener ese deterioro en los ingresos familiares; sin embargo, hasta el momento han sido infructuosos para la mayor parte del país, aunque las autoridades dicen que sin las medidas el daño sería mayor, pero los ciudadanos deben gastar cada vez más por el mismo producto.

Ejemplos hay varios: el huevo que valía 24 pesos al cierre de 2018, hoy tiene un precio de hasta 58 pesos, un incremento sustancial de 125 %, que descontando el efecto de las últimas semanas por la gripe aviar que afecta en mayor medida en Estados Unidos y ha contagiado a México, se tiene un alza de 87.5 %.

El aceite comestible que estaba entre 20 y 30 pesos en 2018, hoy se vende entre 50 y 60 pesos, un promedio de alza de 72% en estos cuatro años de la actual administración.

Otro ejemplo que han sentido los bolsillos de las personas es el aumento de más de 80% en el precio de la tortilla, el cual pasó de 12 a 22 pesos el kilogramo, en dicho lapso. La carne de res, un 122% de incremento.

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Son algunos ejemplos de una gran lista de productos y alimentos que han aumentado y que se alejan cada vez más de los bolsillos de los hogares.

En el pasado mayo, la administración del presidente López Obrador lanzó el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que busca contener la aceleración de precios, pero los números de la inflación que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que mucho no se ha podido hacer sobre los precios de las mercancías seleccionadas pese a que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) señala que los precios van en descenso cada semana.

En lo que va del establecimiento del PACIC, como muestra del poco impacto, la tortilla ha subido un 10.07 %.

Asimismo, el aceite comestible ha aumentado un 9.26 %, el atún subió 10.29 %; el huevo, un 14.21 %; la leche pasteurizada, un 8.18 %; el papel higiénico, un 11.17 %; entre otros que no les ha podido frenar en su ascenso, según muestra el seguimiento que hace el Inegi en los precios de los genéricos.

Cabe mencionar que en el último año, las familias mexicanas se han visto obligadas a destinar un mayor gasto en los alimentos que en los anteriores 22 años, esto es un freno para la economía ya que ante un mayor desembolso para comer significa menos dinero para otros rubros importantes de la economía.

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