Luego de siete horas de caminata, miembros de la Caravana Migrante, llegaron al municipio de Santiago Niltepec en Oaxaca, uno de los más dañados por el sismo del año pasado, ubicado a 58 kilómetros de Juchitán. Algunos migrantes centroamericanos no detuvieron el paso y pasaron de largo, rumbo a Juchitán e incluso a Ixtepec, en donde confían tomar el tren en su prisa por llegar a Estados Unidos. Se fueron tantos, que algunos coordinadores con altavoces caminan entre el tumulto advirtiendo que la caravana no va hacia Ixtepec: “No se dejen engañar, no vamos a ir a Ixtepec, mañana salimos a Juchitán y tendremos que decidir la ruta después”. A las tres de la mañana salieron de Tapanatepec sin comer. Cientos de mujeres y niños subieron a autobuses y camionetas, pero la mayoría caminó durante más de cinco horas, pidiendo un “aventón”. A mitad del camino, en Santo Domingo Zanatepec, asociaciones como Migrantes Sin Fronteras los comenzaron a organizar para subirse a camionetas, tráileres, taxis y otros vehículos. La caravana que entró a México el 19 de octubre descansa en el pueblo ocupado, comen, se curan las heridas y escuchan la conferencia de un voluntario estadounidense que les avisa que pedir asilo en Estados Unidos no significa que se los vayan a dar. (Con información de Reforma) NM
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