Manifestantes anticapitalistas sembraron el caos este viernes en Hamburgo, que alberga la cumbre del G20, incendiando vehículos, lanzando bengalas contra helicópteros de la policía y bloqueando las actividades de Melania Trump, en su residencia, lo que la obligó a cancelar su agenda. La policía de Hamburgo tuvo que pedir refuerzos de otras partes de Alemania, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, tildó las manifestaciones violentas de “inaceptables”. Merkel, anfitriona del G20, afirmó que ella entendía a los manifestantes pacíficos pero que las protestas violentas, que “ponen vidas en peligro”, son “inaceptables”. Antes del concierto programado el viernes por la noche en la Filarmónica del Elba, al que debían acudir los mandatarios y sus cónyuges, los manifestantes trataron de bloquear los accesos a la sala de conciertos. A las 17H15, unos 500 manifestantes, muchos del grupo Attac, emergieron por las calles aledañas y se concentraron a unos 400 metros del resplandeciente edificio, rodeado de agua. Un cordón policial protegía la única calle que desemboca en el puente de acceso al auditorio, de reciente construcción. Al final, fueron dispersados por la policía, que tenía sus cañones de agua listos para disparar, y los mandatarios pudieron llegar al sitio. https://youtu.be/M5-GIZR0Nx8
Respuesta ‘masiva’
En la víspera de la cumbre de los líderes de las 20 primeras economías del mundo, la protesta que llevaron a cabo unas 12.000 personas degeneró en violencia. Después de que un grupo de unos 1.000 manifestantes enmascarados rechazaran dejar su rostro al descubierto, como pidieron las autoridades, la policía antidisturbios respondió con cañones de agua y con gases lacrimógenos. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes duraron horas en las calles de la segunda ciudad Alemania, dejando 111 policías heridos, según las autoridades. No se sabía cuántos manifestantes resultaron heridos. Andreas Blechschmidt, uno de los organizadores de las manifestaciones, criticó una respuesta “masiva” y exagerada por parte de la policía, que echó mano de las porras. “La policía debería haber reaccionado proporcionalmente [...] No era necesario. Mucha gente resultó herida”, declaró Blechschmidt a la cadena N-TV. Unas 30 personas fueron arrestadas. “La guerra, el cambio climático, la explotación son el resultado del sistema capitalista que el G20 apoya y que 20.000 policías están defendiendo aquí", afirmó a la AFP Georg Ismail, que participó en la protesta.
El gato y el ratón
Los altercados comenzaron el viernes temprano cuando grupos de manifestantes, bien organizados, trataron de bloquear el acceso al recinto del encuentro a las delegaciones oficiales. Y consiguieron ralentizar los cortejos diplomáticos que intentaban abrirse camino en medio de la agitación, y de paso perturbar un poco el inicio de las negociaciones del G20. Se quemaron numerosos vehículos, algunos de ellos de la policía, y nubes de humo negro cubrieron parte del centro de Hamburgo y del barrio cercano de Altona a inicios de la mañana. La policía, que vigilaba el lugar con media docena de helicópteros, atajó rápidamente la movilización con sus agentes antidisturbios, cañones de agua y gases lacrimógenos. Según Benjamin Laub, de 53 años, su barrio se asemeja a una zona “en estado de excepción” desde hace días. “Hace ya una semana que se escuchan helicópteros constantemente, los buses están detenidos, la gente deja sus automóviles aparcados en sus casas y, por primera vez en Alemana, me llevo mi pasaporte cuando salgo” debido a los controles policiales, se quejó. En cambio, Markus Munch, de 48 años, no mostró mucha simpatía por esos “idiotas” que se estaban manifestando. “Es una catástrofe total que una minoría pueda provocar un altercado así", declaró Munch a la AFP. “Esos idiotas no tienen nada mejor que hacer que manifestarse. Tienen que sacarlos de aquí". “Con 200 personas hemos mostrado a millones que es posible llevar la protesta a las calles, que no debemos aceptar todo lo que viene de arriba”, declaró sin embargo a la AFP uno de los manifestantes, que no quiere dar su nombre por temor a las represalias de la policía. “Y creo que hemos dado a conocer un mensaje bastante bueno: que es posible protestar y que uno no tiene porqué tener miedo de la policía”, afirmó. (Fotos CHRISTOF STACHE , BORIS ROESSLER, ODD ANDERSEN /AFP)
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