Camioneta bomba estalla en Bagdad, deja 37 muertos
El grupo Estado Islámico se responsabilizó el ataque
Redacción ejecentral
Este lunes, un atacante suicida, hizo estallar una camioneta cargada de explosivos cerca de un concurrido mercado al aire libre en Bagdad donde causó la muere a 37 personas y otras 52 resultaron heridas, hecho que se adjudicó el grupo Estado Islámico.
Los hechos sucedieron durante la visita del presidente de Francia, François Hollande.
Durante una conferencia de prensa con Hollande en la capital iraquí, el primer ministro Haider al-Abadi dijo que el atacante se hizo pasar por alguien que buscaba contratar jornaleros. Cuando los trabajadores se reunían alrededor de la camioneta pick up, el agresor activó los explosivos.
A través de un comunicado, el grupo Estado Islámico se responsabilizó el ataque que fue difundido en una plataforma rebelde utilizada a menudo por los extremistas.
El atentado fue el tercero en igual número de días que se atribuye el Estado Islámico y que han tenido lugar dentro y en los alrededores de Bagdad, situación que pone de relieve la persistente amenaza que representa esa organización armada a pesar de la cadena de reveses que ha tenido en el último año en el país, incluido dentro y en los alrededores de la ciudad de Mosul, en el norte.
El ataque tuvo lugar en Ciudad al-Sadr, un amplio distrito chií en el este de Bagdad que ha sido escenario de numerosos atentados de extremistas suníes desde la invasión de 2003 que encabezó Estados Unidos.
Paramilitares leales a Muqtada al-Sadr, el clérigo agitador cuyo apellido dio nombre a ese sector de la ciudad, retiraron cadáveres en furgonetas antes de la llegada de las ambulancias, según testigos.
Numerosos cadáveres y manchones de sangre quedaron diseminados en el pavimento junto con frutas, verduras, así como hachas y palas de los jornaleros. Un minibús lleno de muertos quedó en llamas.
Asaad Hashim, dueño de una tienda de dispositivos móviles en las cercanías, describió cómo los jornaleros se empujaban entre ellos alrededor de la camioneta del atacante suicida para que los contrataran.
“Entonces se escuchó una gran explosión y muchos fueron arrojados al aire”, dijo Hashim, de 28 años, que sufrió heridas de esquirlas en la mano derecha. Censuró a lo que describió como “las fuerzas de seguridad más ineficientes del mundo” por no impedir el ataque.
Una multitud airada profería insultos al gobierno, incluso después de que un representante de al-Sadr intentara calmarla. A finales del mes pasado, autoridades iraquíes comenzaron a retirar algunos retenes de seguridad en Bagdad en un intento para dinamizar el tránsito para los seis millones de habitantes de la capital.
“No tenemos idea de quien causará una matanza en cualquier momento ni quién se supone que debería protegernos”, dijo Ali Abbas, de 40 años y padre de cuatro hijos, quien fue lanzado por arriba de su puesto de verduras debido a la onda expansiva. “Si las fuerzas de seguridad no pueden protegernos, entonces que se nos permita hacerlo a nosotros”, agregó.
Otras tres bombas de menor potencia estallaron el lunes en otras partes en la ciudad y causaron siete civiles muertos y al menos 30 heridos, según funcionarios médicos y policiales. Todos los funcionarios solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones a la prensa.
Por su parte, Hollande se entrevistó con al-Abadi y el presidente Fuad Masum, y tenía previsto viajar a la región autónoma curda, en el norte, para reunirse con efectivos franceses y autoridades locales.