Durante años, los investigadores se han preguntado el motivo detrás del tamaño de los distintos animales que pueblan la Tierra. Y es que desde la hormiga hasta la ballena azul, la vida en nuestro planeta toma todas las formas y tamaños, pero parece que la respuesta ya se encontró.
Un análisis publicado en Communications Biology sugiere que son dos los principales factores decisivos en el tamaño de la vida animal: la competencia por los recursos entre especies y el riesgo de extinción debido al medio ambiente.
“Del mismo modo que intentamos adaptarnos al frío o al calor en función del lugar donde vivimos, nuestra investigación demuestra que el tamaño de los animales puede aumentar o disminuir durante largos periodos de tiempo en función del hábitat o el entorno”, dijo a medios Shovonlal Roy, modelador de ecosistemas de la Universidad de Reading y uno de los investigadores principales de este estudio.
Junto a su equipo, Roy partió de la regla de Cope, que afirma que los linajes de poblaciones tienden a aumentar en tamaño corporal a lo largo del tiempo evolutivo. De esta manera, y a través de modelos que simulaban la evolución en distintas condiciones ecológicas y fisiológicas, los especialistas encontraron tres escenarios.
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El primero de ellos corresponde a un aumento de tamaño cuando la competencia directa por los recursos es menor, aunque en este caso, son pocos los ejemplares que lo logran, y son susceptibles a la extinción.
El segundo panorama detalla que los animales de mayor tamaño, como los dinosaurios y los mamuts lanudos, crecen para satisfacer sus demandas competitivas, pero desaparecen de la faz de la tierra ante catástrofes medioambientales o la competencia con otras especies.
Finalmente, el tercer escenario plantea que en realidad, las especies se reducen con el tiempo; una hipótesis opuesta a la regla de Cope. En estos casos, la competencia entre especies es alta.
“En lugares y épocas donde hay mucha competencia entre distintas especies por la comida y el cobijo, el tamaño de los animales suele reducirse a medida que las especies se dispersan y se adaptan a la distribución de recursos y competidores”, se puede leer en el estudio.
De esta forma, y de vuelta al presente, los investigadores explicaron que la reducción del tamaño de algunas especies —como los osos polares, que se han encogido a dos tercios de su tamaño anterior en los últimos 30 años— obedece al cambio climático. Y es que la actual emergencia ambiental debido al calentamiento de los océanos ha obligado a todo tipo de especies a adaptarse, en un mundo que cada vez tiene menos recursos para los animales.
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