La crisis climática se ha convertido en la mayor amenaza para el bienestar de las nuevas generaciones; no sólo por su impacto en la salud física, sino por los alcances que puede provocar en su desarrollo emocional y mental.
Un estudio de las Universidades de Montreal y Sidney analizó el impacto que tiene el clima extremo en la salud mental, y descubrió juega un papel esencial incluso antes del nacimiento; ya que por ejemplo, los huracanes o inundaciones pueden afectar al feto debido al estrés que sufre la madre.
Otros fenómenos climáticos como las olas de calor fueron asociados a complicaciones como partos prematuros, los cuales pueden afectar el desarrollo de ciertos padecimientos psicosociales.
Los riesgos aumentan con la edad, ya que se ha visto que los niños comienzan a entender los efectos de esta crisis, por lo que su capacidad para experimentar ansiedad aumenta considerablemente hasta la adolescencia.
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