La llegada de Kevin McCarthy a la presidencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EU) vino acompañada de varios cambios bajo los cuales operará la actual legislatura.
Después de varios tropiezos en las votaciones para acceder a la presidencia, el republicano McCarthy asumió el pasado viernes la dirección de la Cámara Baja, pese al bloqueo de algunos legisladores de su propio partido.
Pero para convencer a propios y extraños, McCarthy accedió a la aplicación de una nueva norma que facilita su destitución al cargo.
Se trata de una medida que permite a un solo representante poner en marcha el proceso para retirarle a McCarthy la presidencia de la Cámara de Representantes.
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Entre las otras medidas aprobadas por la Cámara Baja, se establece la posibilidad para que a los legisladores republicanos les sea más fácil introducir enmiendas a cualquier legislación que se debata, incluida la reducción salarial a ciertos trabajadores gubernamentales o determinados programas, lo que equivale a retirarles la financiación.
Esta medida fue criticada por la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, quien criticó que la primera ley que tiene pensado aprobar la “estrecha mayoría republicana” sea retirar el aumento de financiación de la Hacienda Pública.
Por su parte, McCarthy afirmó que el Congreso de EU lleva “roto mucho tiempo”, debido a la concentración del poder en la figura del presidente de la Cámara de Representantes, impidiendo a los legisladores “participar en el proceso legislativo”.
Cabe señalar que este paquete de medidas llegaron junto a McCarthy a la presidencia de la Cámara Baja se logró gracias al voto de 220 republicanos y 213 demócratas. EJ
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