El informe sobre Finanzas Públicas y Deuda Pública que elabora la Secretaría de Hacienda revela que en julio se reportó un déficit presupuestario de 489 mil 323.4 millones de pesos, lo que significa un aumento de 69 mil 304.7 millones respecto al mes anterior.
Los ingresos petroleros fueron el factor que más pesó en el balance, porque de ellos se tuvo una diferencia negativa de 179 mil 429.8 millones de pesos, entre lo previsto por la oficina de finanzas del país y lo real.
Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó un déficit de 108 mil 427.8 millones; los restantes 71 mil millones de pesos que dejó de percibir el gobierno en recursos petroleros fue por concepto de impuestos y del Fondo Mexicano de Estabilización.
Los ingresos de Pemex, de acuerdo a lo que se autorizó en el Congreso, debieron haber llegado a los 501 mil 647.3 millones a julio, pero la cantidad real fue de 393 mil 219.5 millones de pesos, un 22.5 % menos.
Lo destacable de este informe es que, a pesar del déficit existente en los ingresos petroleros, se logró reducir de junio a julio en 10 mil 127.8 millones de pesos, ya que en el sexto mes se arrastraba un rezago de 189 mil 557.6 millones.
Las cifras son relevantes en medio de la cruzada del presidente Andrés Manuel López Obrador para rescatar al sector energético y que los resultados de la petrolera han quedado a deber hasta el momento.
El año pasado, Pemex reportó grandes utilidades debido al disparo de los precios internacionales y esto significó ingresos por un billón 481.5 mil millones de pesos, un 18.7 % más que los obtenidos en 2021.
Pero ahora los beneficios han perdido ese optimismo y van rezagados frente a lo esperado y están poniendo en riesgo el gasto público.
Ante dicha situación deficitaria, el gobierno ha tratado de reducir el gasto y ha realizado un subejercicio generalizado de 219 mil 976.7 millones de pesos que, de dicha cantidad, Pemex la redujo en 77 mil 826.3 millones, y aun así, el balance presupuestario de la paraestatal es negativo.
Lo que está impidiendo que el déficit sea mayor es la reducción del gasto, pero también un incremento en los ingresos no petroleros, de los cuales, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) ha sido mejor de lo previsto.
Algo similar ocurre con los ingresos no tributarios, y los ingresos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que en conjunto le dieron a las arcas 158 mil 337.9 millones de pesos extras respecto lo programado.
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