En este momento la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) representa una bomba de tiempo.
La eliminación de los fideicomisos y la ausencia de reglas de operación ponen al organismo a punto del colapso, lo que afectaría a más de 37 mil víctimas.
La CEAV lleva acéfala casi siete meses, así que la próxima persona que llegue a ocupar su titularidad tendrá que hacer frente a un gran problema: no poder cumplir con su función.
La austeridad impuesta desde Palacio Nacional, que le recortó el gasto corriente en un 75%, impide tener el personal que sea suficiente para atender a las víctimas.
Mara Gómez, la extitular, renunció en junio de 2020, pero debido a la pandemia y a las prioridades presidenciales, fue hasta diciembre pasado que López Obrador envió la terna conformada por Martha Yuriria Rodríguez Estrada, Claudia Lilia Cruz Santiago, y Luis Fernando Rosas, para encabezar la CEAV. Ahora toca al Senado evaluar los perfiles y elegir.
Luis Fernando Rosas es uno de los tres aspirantes a presidir esta Comisión creada en 2014 como una forma de enmendar las deudas del Estado con las víctimas.
El candidato sostuvo que conoce a profundidad los problemas de CEAV, pues ha laborado ahí, y explicó en entrevista para ejecentral el tema medular que definirá la viabilidad o no de este organismo: la eliminación del fideicomiso con el que se administraba el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FAARI).
›Previo a la supresión del FAARI, explicó, este tenía un saldo de 576 millones de pesos, pero con la extinción de la figura de fideicomiso los recursos para auxiliar a las víctimas estarán en una partida presupuestal.
Sin embargo, para que CEAV acceda a esos recursos debe hacerlo mediante reglas de operación. El problema es que la Comisión lleva cuatro años y 64 reuniones sin poder consolidarlo y el tiempo se agota. Sin reglas de operación no hay dinero para las víctimas. “Ahora tenemos la disyuntiva, o publicamos ese reglamento o la Comisión va estar paralizada. Cada día que no tengamos acceso a los recursos del Fondo es un día que perjudica a las personas víctimas”, afirmó Luis Fernando Rosas.
El FAARI financia las reparaciones de daño, las medidas de ayuda inmediata, transporte, alimentación, hospedaje y otros gastos de las víctimas y aunque el Gobierno de la Cuarta Transformación asegura estar de lado de las víctimas y en favor de los derechos humanos, el presupuesto para el fideicomiso no ha aumentado, pero sí las víctimas.
A pesar de ello, Rosas Ramírez aseguró que el mayor de los problemas de la CEAV no es de recursos, sino de la eficiencia de los mismos y propuso redireccionar el dinero, de la mano de la Secretaría de Hacienda, hacia las áreas de Primer Contacto, Asesoría Jurídica y el Comité Interdisciplinario.
Reingeniería al Renavi
El Registro Nacional de Víctimas (Renavi) es la materia prima con la que opera CEAV, pues desde esa plataforma es como se puede acceder a la reparación integral del daño y a la justicia. Sin embargo las víctimas acusan que la inscripción al Registro es lenta debido a la serie de trámites burocráticos y poco empática con su dolor.
Desde 2014 hasta agosto del 2020, el Registro Nacional de Víctimas (Renavi) contabilizó
31 mil 791 personas. Sin embargo, en distintas reuniones, protestas y plantones de beneficiarios se acusaron fallas y trabas en el sistema.
Si el Renavi no funciona de forma adecuada, la CEAV tampoco y eso lo sabe Rosas Ramírez quien tiene entre sus propuestas una reingeniería a la plataforma.
“Tenemos que investigar dónde quedó el programa que se había comprado en 2017 que eficientaba el acceso y registro al Renavi, que era de muy fácil uso para el usuario y que ahora está descontinuado, bueno, no sabemos qué pasó”, detalló.
El aspirante a CEAV enfatizó que el Renavi no puede ser sólo la puerta de entrada a la Comisión, tiene que ser una herramienta útil.
Problemas de antaño
En marzo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que en el ejercicio fiscal de 2018 en la CEAV los recursos públicos se entregaron indiscriminada y discrecionalmente; que Renavi tuvo registros duplicados; un rezago de más de dos mil 400 expedientes y que los recursos del FAARI fueron insuficientes para atender la demanda de atención a víctimas.
Ante este panorama Rosas Ramírez explicó que el único camino viable es rediseñar la CEAV, hacer fácil el acceso al Renavi y dialogar, sin intermediarios, con las víctimas. “Estemos de su lado y no como un ancla, no como una cosa burocrática más, que pareciera que es en lo que se ha convertido la Comisión”, aseveró.
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