El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires solicitó la mañana de este martes que Uber se registre de manera oficial como empresa de transporte de pasajeros y suspendió el inicio de operaciones de la aplicación.
Luego de que los taxistas de la capital apedrearan el lugar en donde se capacitaban los nuevos choferes de dicha compañía, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, argumentó que para que alguien traslade a una persona, primero debe estar registrado, contar con los permisos y seguros adecuados y cumplir con los requisitos que se le exigen al resto de los choferes.
“La ley debe ser igual para todos”, de manera que Uber podrá ofrecer su servicio a la par de las empresas de taxis o remises (un servicio privado de pasajeros que ya opera hace décadas en la ciudad).
“Si me preguntan qué intervención puede tener el Estado, todavía ninguna porque Uber no presentó nada. Vamos a defender el trabajo legal siempre, y a cuidar a los que usan el transporte público”, dijo.
Uber, un servicio que conecta pasajeros con choferes mediante una aplicación telefónica, revivió la víspera una polémica que ya ha enfrentado en otras ciudades al anunciar su arribo a Argentina y convocar a los posibles choferes a una capacitación.
En una sola jornada, se inscribieron siete mil aspirantes a conductores y un grupo fue convocado a una capacitación, pero choferes de taxis fueron a apedrear el hotel en donde se llevaba a cabo el encuentro.
Rocío Paniagua, gerente de Comunicaciones de Uber, desestimó las resistencias iniciales y confió en que en el mediano plazo lograrán ofrecer un servicio de cinco estrellas en la ciudad.
Con respecto a las críticas de los taxistas, que ya le declararon la “guerra” a la empresa, aseguró que Uber opera de manera legal y “lo único que estamos haciendo es poner una capa de tecnología para que un argentino pueda llevar a otro a donde quiera. Es como un vecino que lleve a otro vecino”.