Al menos 29 civiles murieron en 24 horas en el noroeste de Siria, donde las fuerzas gubernamentales, apoyadas por Moscú, intensifican su bombardeo del último bastión bajo control yihadista y rebelde con el objetivo de reconquistar por completo una estratégica autorruta.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), por lo menos nueve civiles, entre ellos seis niños, murieron en la noche del domingo al lunes en ataques rusos en el pueblo de Abin Semaan, en el oeste de Alepo.
Estas nuevas víctimas elevan a 29 el número de civiles muertos desde el domingo en bombardeos del régimen sirio y su aliado ruso, indicó el OSDH.
“El balance podría agravarse, hay heridos en estado crítico que se encuentran aún bajo los escombros”, agregó el Observatorio.
Por la noche, socorristas de defensa civil, conocidos con el nombre de “Cascos Blancos”, se dedicaron a rescatar heridos y liberar a personas atrapadas en los escombros, bajo un frío glaciar.
Un socorrista cargaba con el cadáver de un niña cubierta por una manta de lana. Sus familiares pedían que la transportasen en una ambulancia, constató un periodista de la AFP.
Otros voluntarios, a golpe de martillos y perforadoras de grandes bloques de cemento, retiraron a un hombre y a un niño cubiertos de polvo.
De las 29 víctimas registradas desde el domingo, 23 murieron en ataques rusos y seis en bombardeos de las fuerzas del régimen, según el OSDH.
La autopista M5
Los ataques se centran en el sector aún en manos de los yihadistas y rebeldes en un tramo de dos kilómetros de la estratégica autopista M5 que une Alepo con Damasco y que el régimen busca reconquistar.
Apoyado por la fuerza aérea rusa, el gobierno de Bashar Al Asad lanzó en diciembre una nueva ofensiva contra Idlib, último gran bastión de los rebeldes.
El domingo, el ejército afirmó en un comunicado haber reconquistado en los últimos días “decenas de pueblos y localidades” en el sur de Idlib y en el oeste de Alepo, apoderándose de un total de “600 km2".
Más de la mitad de la provincia de Idlib y sectores aledaños de las provincias vecinas de Alepo, Hama y Latakia siguen en manos de los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS, exrama siria de Al Qaida) y otros grupos similares.
La operación militar ha dejado un saldo de más de 300 civiles muertos, según el OSDH, y ha obligado a más de medio millón de civiles a abandonar sus hogares, de acuerdo con la ONU.
Refuerzos turcos
El avance de las fuerzas gubernamentales provoca la ira de Turquía, que en septiembre de 2018 acordó con Rusia crear una “zona desmilitarizada” en esta región bajo control de los dos países.
Ankara cuenta con 12 puestos de observación, tres de ellos rodeados por las tropas sirias, en el sudeste de Idlib, adonde envió importantes refuerzos estos últimos días.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan planteó un ultimátum al régimen sirio, instándolo a alejar sus tropas de los puestos de observación militares turcos antes de fines de febrero.
El lunes pasado, se registraron combates inéditos entre las tropas de Ankara y las fuerzas del régimen sirio que dejaron más de 20 muertos de los dos lados.
El frente de Idlib representa la última gran batalla estratégica para el régimen sirio, que controla más del 70% del territorio sirio, según el OSDH.
El conflicto en Siria ha dejado más de 380.000 muertos desde 2011 y ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.