Al parecer, la boda entre el príncipe Harry (32 años) y su novia Meghan Markle (35) será en Estados Unidos. Diversas fuentes han revelado que el príncipe quiere complacer en todo a su futura esposa, por ello se rumora que la boda real se celebrará en algún lugar de California.
De ser así se rompería el protocolo real, pero es válido, ya que él no es el próximo en subir al trono.
Al parecer, la reina apoya esta situación, pues está interesada en estrechar lazos con Estados Unidos y qué mejor que cimentar estos lazos con una boda, que sin duda será muy comentada.