Si en los comicios presidenciales de México en 2018, el voto joven fue determinante para el triunfo avasallador de Andrés Manuel López Obrador, en las elecciones de este año, las mujeres dejarán oír la fuerza de su voz.
El próximo 6 de junio, 93 millones 935 mil 39 personas podrán votar para elegir 500 curules en la Cámara de Diputados y, en algunos estados, gubernaturas, presidencias municipales y alcaldías.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional Electoral (INE) hay tres grupos que serán determinantes: las mujeres, que representan casi 48 millones de votos; las y los adultos mayores con más de 11 millones 300 mil electores y los 11 millones 292 mil jóvenes de entre 25 y 29 años.
Hoy más que nunca, el voto tiene rostro de mujer. Mujeres sensibles, empoderadas, decididas y conscientes de la oportunidad que estas elecciones intermedias representan, para romper el pacto patriarcal, acabar con la violencia machista y cambiar el rumbo de un sexenio que, en sólo un par de años, ha despedazado ilusiones y desgarrado el camino de la esperanza.
Cifras oficiales de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) revelan que cada hora, en México se cometen 11 delitos en agravio de las mujeres, quienes son víctimas en el 30% de los crímenes que se cometen en todo el país.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, elaborado por la Comisión Nacional de Búsqueda, el gobierno federal ha alcanzado un máximo histórico al registrar cuatro mil 267 mujeres desaparecidas, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 7 de marzo pasado. El mayor número de las mujeres desaparecidas tienen entre 15 y 19 años.
En un contexto de violencia generalizada, las 15 entidades federativas que renovarán gubernatura concentran el 40% de los homicidios a nivel nacional. Los estados de Chihuahua, Baja California y Michoacán tienen un sitio en el top cinco de los más violentos.
Y cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), señalan que las entidades federativas que concentran la mayoría de las víctimas de feminicidio son el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Guanajuato y la Ciudad de México.
La violencia institucional también ha arremetido contra las mujeres. Con el pretexto de la austeridad, el presidente de la nación eliminó los refugios para las mujeres víctimas de la violencia y afectó al menos a 20 mil de ellas. Mujeres e hijos violentados en sus hogares, quienes eran atendidos en refugios operados por organizaciones de la sociedad civil que trabajan sin fines de lucro y apoyadas por financiamientos gubernamentales y sociales, ya no cuentan más con esos apoyos.
El desabasto de medicinas y la cancelación de quimioterapias empeoró la gravedad del cáncer de mama, enfermedad que es la segunda causa de muerte de mujeres mientras que cada año se detectan más de 23 mil nuevos casos. El saldo es estremecedor: 60 casos nuevos al día y seis mil muertes al año.
Las mujeres fueron las más afectadas por el desempleo, como resultado de la fallida estrategia económica para contener los efectos de la propagación del coronavirus. Unas 3.2 millones de trabajadoras perdieron sus puestos de trabajo en los primeros seis meses de 2020.
Desde la elección presidencial de 2018, el sector femenino decidió marcar distancia de López Obrador, quien de acuerdo con la casa encuestadora Parametría, tuvo un porcentaje mayor de votantes varones (65%), que de mujeres (49%).
A la luz de los agravios contra las mujeres, la historia puede repetirse.