El presidente de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, ordenó este miércoles que se refuercen las fronteras y se impidan los disturbios, en el undécimo día de protestas de la oposición, que no acepta los resultados de las elecciones del 9 de agosto.
“No debe haber ningún disturbio más en Minsk. La gente está cansada y pide paz y tranquilidad”, dijo según declaraciones difundidas por la agencia oficial de prensa Belta.
“Una mayoría aplastante de la población está acostumbrada a vivir en un país tranquilo y debemos devolverles ese país”, dijo el jefe de Estado.
Lukashenko también ordenó que se refuercen los controles en las fronteras para “impedir que militantes, armas, municiones o dinero procedentes de otros países entren en Bielorrusia para financiar estas protestas”.
El mandatario pidió al ejército que preste “una atención especial a cualquier movimiento de las tropas de la OTAN en el territorio de Polonia y Lituania” y pidió que “no se dude en dirigir las fuerzas armadas en dirección de estos movimientos”.
Declarado ganador con más del 80% de los votos, Lukashenko, en el poder desde 1994, se enfrenta a manifestaciones masivas y a un movimiento de huelga en las industrias cruciales.
El mandatario, que también está siendo criticado en el extranjero, ha descartado de plano dejar el poder.